APARTÉ LA VISTA DE la pantalla de la laptop para deslizarla por la sala de estar y ver qué fue tan gracioso que hizo a Julian soltar una sonora carcajada. Los amigos de Christopher junto con Rosé habían aparecido en el ático a temprana hora de la mañana de un día sábado, sin ser invitados. No quería acusarlos de haberme despertado, pero bueno, ellos lo hicieron. Arruinaron mis planes de escapar de Christopher porque aún me escocía su rechazo. Desde entonces han estado sentados en el sofá viendo alguna película. Todos parecían estar divirtiéndose, tal vez me hubiera unido a su diversión sino fuera por la mirada de mi mejor amiga.
Cualquier persona que estuviera viendo la escena pensaría inocentemente que Rosé solo estaba siendo divertida, pero yo veía más allá de eso. Ella estaba coqueteando con Julian de forma sutil, pero efectiva. La había visto sonreír así varías veces antes. Ella no iba a detenerse. Sin importar que Rebecca estuviera acurrucada al costado de Julian.
Mierda.
Regresé la vista a la pantalla tratando de decidir si debía intervenir. Si Rosé ya había puesto sus ojos sobre Julian no había mucho por hacer. Solté un suspiro, vi a la parejita de nuevo. Rebecca era simpática de forma inocente y Julian parecía muy enamorado de ella, quizá no habría ningún problema. Empecé a relajarme cuando vi que Julian arrojó una mirada de interés sobre Rosé, por suerte, ella no sé dio cuenta. Maldición, él también había caído en sus exóticas trampas. ¿Y cómo no? Ella era hermosa. No creía que fuera más que interés visual, pero... igual decidí intervenir. Le envié un mensaje Rosé para que nos encontráramos en la cocina.
Abrí la nevera y me serví un vaso con agua. Estaba de espaldas cuando escuche:
—¿Qué sucede? —canturreó.
Miré sobre mi hombro. Ella estaba apoyada en sus codos sobre la isla del desayunador mirándome con sus exóticos ojos adornados con perfectas cejas arqueadas. Me acerqué a ella. A pesar de que mantenían la película en un volumen tan alto que podría confundirse con un cine real, no me quería arriesgar a que los demás me escucharan.
Rosé suspiró, supongo que mi cara lo decía todo. Levantó sus manos en señal de rendición.
—He tenido un pequeño flechazo con él, pero no estoy haciendo nada.
—Desde el momento en que dices que no estás haciendo nada es porque estás haciendo algo. Quiero asegurarme que sepas que él tiene novia y está ahí, sentada a su lado.
Ella sonrió malvada.
—Eso solo lo hace más divertido, Val.
—Para una jugadora como tú claramente lo hace, pero si ella se entera...
Me estremecí interiormente ante lo que ella podría sentir.
—No es como si yo tuviera algo con ella.
—Pensé que querías que fueran amigas.
Era un golpe bajo porque si había algo en este mundo que Rosé valoraba era la amistad.
Se encogió de hombros y me miró fijamente.
—¿Cómo estuvo la exposición?
La miré exasperada.
Tan pronto como la vi cruzar el elevador estuve evitando quedarme sola con ella porque conocía mis estados de ánimo. Intuiría con facilidad que algo estaba pasando. No quería provocar otro escándalo cuando ella le reclamara a Christopher por ser poco perceptivo conmigo.
—Estuvo bien hasta que apareció Ethan.
Su rostro mudó toda clase de expresión.
—¿Qué hizo está vez?
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ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1
RomanceA veces las heridas son más profundas de lo que imaginamos, vamos por la vida dejando todo atrás... hasta que las secuelas aparecen. Aquí estoy, cerrando el círculo enfermizo en el que seguía atrapada.