Capítulo 19

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FALTABAN UN PAR DE kilómetros para llegar a casa, la carretera, los árboles y las edificaciones pasaban como un borrón. La adrenalina de la noche estaba empezando a disiparse. Desde que habíamos salido de la casa familiar de Christopher, Rosé había estado mortalmente callada. Eso ya era preocupante, pero además tenía el ceño fruncido y la mirada perdida. Por lo que Christopher había insinuado, podía imaginarme la razón.

—¿Me contarás? —pregunté.

Siguió manejando como si yo no hubiera hecho ninguna pregunta. Su silencio fue largo, llegué a pensar que no iba a responder.

—No hay nada que contar.

Fruncí mi ceño.

—¿Nada? ¿No te divertiste un rato con cierto candidato que se supone era para mí?

Me miró de reojo, preocupada.

—Dijiste que no estabas interesada en él.

—No lo estoy —aseguré. ¡Otra vez!

Alivio se extendió por su rostro y sonrío.

—Marco es mi amigo, uno bueno. A pesar de lo patán que puede llegar a ser, es alguien en quien puedes confiar. Creo que cometí un error. Él es un buen chico. Yo lo arruiné —soltó un suspiro—. Siempre arruino lo que más me importa.

Me sorprendió que hablara así, ella no tenía problema en vivir su vida sexual al máximo y nunca había presenciado arrepentimiento después de un revolcón casual con alguien. A veces la envidiaba un poco por lo segura que podía ser.

—Estoy segura que él participó bastante.

El rostro de Rosé se ensombreció.

—Después de que terminamos él sonrió.

—¿No es algo bueno?

—Si hubiera sido una sonrisa que dijera "Oh, sangriento infierno, fue buenísimo". Entonces estaría bien, pero en cambio fue "Oh, por fin paso".

Estaba más perdida.

—¿Cuál es la diferencia?

—¡Esperanza! ¡Esa es la maldita diferencia! Quiero demasiado a Marco, pero que por un segundo él creyera que podía existir algo más entre nosotros me dice que jodí las cosas. No soy buena para Marco. No quiero lastimarlo. No es bueno tener sexo con tu amigo porque después las cosas se ponen raras. Lo sabía y aun así lo hice. Soy una egoísta.

—Sino te conociera diría que me estoy perdiendo parte de la historia, pero como te conozco, sé que estás agrandado la historia.

Lo de Marco le había afectado más de lo que creí que algo le afectaría alguna vez. Ella no era de las que se revolcaban en la autocompasión y se quejaba por la suerte que le había tocado. Era toda chispas y explosiones.

Rosé sonrió con tristeza.

—¿Te encontraste con Ethan?

—Lo hice.

Otro largo silencio. Más cargado.

El coche estacionó frente a mi casa, agarré mi cartera, con mis zapatos en la mano bajé despidiéndome de Rosé.

Cuando estaba por entrar, ella me gritó por la ventanilla del coche.

—Mañana me cuentas porque estás sonriendo como tonta y con detalle de por qué no llevas tu ropa.

Con eso Christopher se volvió a apoderar de mis pensamientos. Nos habíamos besado casi sin parar, sus manos vagaron por mi cuerpo sin pudor hasta que Rosé llegó tocando la puerta como loca, interrumpiéndonos. Prácticamente me sacó corriendo de la habitación y de la casa, no tuve tiempo de cambiarme. El idiota de Christopher bromeó con no poderme prestar la suya y quizá debía irme desnuda. Por un segundo creí realmente que no era del todo una broma, pero lo besé y salí cerrando la puerta en su cara con una sonrisa.

ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora