Los días comenzaron a pasar sin que me diese cuenta, la calidez y el afecto que sentía por JiHyun comenzó a crecer, verle despertar cada día, cada uno de los pucheros que hacía cuando me pedía que nos quedásemos acostados llenaban mi corazón, no pensé que me encariñaría tanto con el pequeño; no tengo hermanos quizás por lo mismo le veo con tanto amor, es como si fuese mi hermanito.
-Ukki quielo fluta. – acaricie su cabeza mientras me levantaba para ir a buscar su fruta, era un pequeño tan adorable, llevábamos casi dos meses juntos, ya comenzaba a acostumbrarme a sus horarios, saber cuáles son sus gustos y por alguna razón amaba saber aquello, me hacía sentir importante para alguien. Tomé las frutillas lavándolas para luego picarlas para él, se sentía especial que alguien te necesite y que a la vez te quiera; ¿alguna vez fui así? Aquellas preguntas comenzaron a rondar por mi cabeza, no había vuelto hablar con mis padres, no me llamaron se deshicieron de mi como si fuese una peste, no estoy enfermo; no es una enfermedad, porque no pudieron entenderme.
-Toma bebé. – entregue su fruta sentándome a su lado, él se apoyó en mi cuerpo aprovechando aquello comencé a acariciar su cabello él comía de manera lenta, no estaba tan activo como siempre, eso se debía a que habíamos estado jugando todo el día, ahora ya era tarde se veía cansado pero aun así no se quería ir a dormir, estaba esperando a su padre, su relación era algo muy admirable, aunque no pasaban todo el día junto, el pequeño siempre le esperaba, el amor que se tenían ambos era algo envidiable lo hubiese dado todo para que ellos me aceptaran y seguir siendo su niño.
-¡Appi! – sentí su grito dándome a entender que Jimin ya había llegado, el pequeño se bajó lo más rápido que pudo dirigiéndose a la puerta, sonreí al ver como Jimin abría sus brazos recibiendo a su pequeño para luego levantarle entre sus brazos, ver aquella escena me hizo sentir extraño, mi pecho se sintió cálido.
-¿Cómo te comportaste?- pregunto mientras depositaba sus ojos en mí esperando a que corroborase sus palabras. –Biem Appi, Jiyun bueno. – asentí con mi cabeza al escucharle, un tanto nervioso me acerque a ellos sin poder evitarlo acaricie la cabeza de JiHyun, el solo verle así de feliz me dejaba tranquilo.
-JiHyun es un niño muy bueno. – dije guiñándole un ojo a JiHyun, este intento hacer lo mismo consiguiendo que ambos ojos se cerrasen, tanto Jimin y yo comenzamos a reír al ver su adorable puchero al no poder hacerlo.
-¿Jungkook, queda algo para comer?- me asombro su pregunta, nunca llegaba a comer así que no deje comida. –No tuve tiempo de comer nada en todo el día, estoy cansado y hambriento.- negué con mi cabeza para luego sonreírle. –Puedo prepararte algo, te quedas con Appi mientras cocino bebé.- dije acariciando el cabello de JiHyun, negó con su cabeza mientras un pequeño puchero salía de sus labios, estiro sus brazos hacia a mí. –Se un buen niño.- solo basto que dijese aquello para que sonriera, se giró abrazando a Jimin; los dejé solos yendo a la cocina para prepararle algo de comer.
No sabía muy bien que preparar, debía hacer algo rápido pero que le alimentase, me quede unos minutos meditando no sé porque me costaba tanto decidirme si solo era preparar algo, negué con mi cabeza decidiéndome por un estofado de verduras, no sabía si le gustaría pero dijo que no había comido nada en todo el día necesita recuperar energías.
Mientras preparaba todo me dedique a comer las frutillas restantes que quedaban, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro al oír como jugaban, la contagiosa risa de JiHyun llegaba hasta la cocina, me sorprendí al oír las carcajadas de Jimin.
Cuando la comida estuvo lista serví dos platos uno para Jimin y otro para JiHyun sabía que el pequeño querría comer si veía a su padre, por lo que le serví un poco; les llamé a comer sentándome al lado de JiHyun para ayudarle.
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NUESTRO DULCE ÁNGEL
FanficUna vida alocada le pasó la cuenta, ser padre soltero es algo que debe afrontar día a día. "-¡Basta! Me advirtieron de esto, es un demonio..." Allí renacía su problema, su pequeño revoltoso ahuyentando a cuanta niñera llegaba. ¿Qué hacer cuando nadi...