CAPÍTULO 43

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-No creí ver algo tan hermoso.- susurré, los rayos del sol comenzaban a ocultarse de manera lenta. Ver aquello era algo místico, nunca había prestado atención, pero cuando el sol se va da paso a la noche, es como si el sol se fuese para que su ser amado brille con todo su esplendor, porque aunque el sol nos proporcione la calidez la luna es el astro que brilla aún más que cualquiera, ella sola es capaz de eliminar aquella oscuridad que nos rodea, ella sola es capaz de hacernos sentir seguros con unos pequeños vestigios de luz, y en ese ámbito Jimin es como la luna. Jimin consiguió iluminar aquella oscuridad que me mantenía preso, liberando el sol que llevo en mi interior.

-Es muy lindo ¿veldad?- la voz de JiHyun me trajo a la realidad, asentí con mi cabeza. Luego de despertar de nuestra siesta decidimos salir a caminar por la arena, algo que fue reconfortante. El día comenzaba a acabarse, hoy sería nuestro último día aquí, un sentimiento de tristeza me inundo. Todo había sido tan hermoso, que volver a la realidad me producía un sentimiento de pérdida.

-¡Appi mila!- gritó emocionado JiHyun, soltándose de nuestras manos corrió tomando entre sus manos una caracola. Sonreí mientras corría detrás de él.

-Mira bebé, estas caracolas tienen un secreto.- los ojitos de JiHyun se abrieron de sorpresa, mientras me entregaba la caracola esperando a que le dijese el secreto. Acerqué mis labios a su oído para contarle el secreto.

-Las caracolas son los bebés del mar, ellas guardan en su interior el sonido del mar. Se dice que cuando alguien las encuentra está destinado a volver, porque debe traer a su bebé nuevamente.- susurré, la boquita de JiHyun se abrió con asombro, sonreí guiando la caracola a su oído para que escuchase.

-¡Appi!- gritó emocionado. Jimin se acercó a nosotros, sonreí acercando la caracola a su oreja para que escuchase, los ojos de Jimin se abrieron de sorpresa, sus ojos se veían más brillantes. Sonreí acariciando su mejilla levemente.

Guie la caracola a mi oreja oyendo las pequeñas ondas de sonido, como si el mar me susurrase sus más profundos secretos. JiHyun me miraba fijamente, sus ojitos brillaban. Sonreí acercando nuevamente la caracola, los ojitos del menor se perdieron en dos medias lunas mientras seguía oyendo el mar.

-Mañana viajaremos después de almorzar.- dijo Jimin, asentí con mi cabeza.

-Jiyun no quiele volvel...- giré mi rostro encontrándome con los ojitos decaídos de JiHyun, sonreí abriendo mis brazos para que se acercase. El menor comenzó a caminar de manera lenta hacia mí, le tomé en brazos sintiéndole acurrucarse en mi pecho.

-Ukki, Jiyun quiele quedalse.- murmuró triste. Sonreí débilmente, dejé un pequeño beso en su cabeza para luego inspirar profundamente su olor. JiHyun suspiró ocultando su rostro en mi cuello.

-No estés triste bebé, recuerda que nos divertimos mucho. Volveremos a venir y te prometo que será por más tiempo.- murmuré acariciando su cabello con una de mis manos. JiHyun alejo su rostro de mi cuello para observarme.

-¿Lo plometes?- sonreí ante su pegunte. Iba a responder cuando siento como unos cálidos brazos envuelven mi cintura por la espalda en un protector abrazo.

-Es una promesa, bebé.- murmuró Jimin. JiHyun sonrió satisfecho con la respuesta de Jimin. Acerque mis labios a la mejilla de JiHyun dejando un dulce beso, Jimin sonrió al vernos regalándonos un tierno beso a ambos.

-Appi quielo llevarle una a Tío Yonnie.- dijo el menor emocionado mientras acariciaba la caracola. Jimin separo sus brazos, dejé a JiHyun en la arena, recibí la caracola mientras el menor comenzaba a correr en busca de un recuerdo para su tío. Jimin se fue detrás de JiHyun sonriendo.

NUESTRO DULCE ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora