-Adiós bebé.- dijo Jimin dejando un pequeño beso en la cabeza de JiHyun, el menor traía nuevamente su sonrisa, Jimin de igual forma se veía tranquilo y aliviado volvía a ser la misma persona y eso me tenía desbordante de felicidad, saber que fui capaz de ayudarle era maravilloso.
-Adiós Ukki.- susurró mientras acercaba sus labios a mi mejilla, sonreí para luego levantar mis manos y acariciar sus mejillas, los ojos de Jimin se abrieron de sorpresa para luego bajar su mirada seguro mirando al pequeño de la casa. –Cuídese Appi, recuerde que nos traería dulces.- mencione sin dejar de acariciar sus mejillas las cuales me seguían pareciendo tan suaves y enviciantes al tacto.
-No lo olvidaré.- murmuró acercándose a JiHyun. -Bebé puedes ir a buscarme las llaves, las deje en la mesa.- el pequeño sonrió mientras desaparecía, miré a JiHyun para luego volver mi vista donde Jimin; solo bastó que el pequeño desapareciera para que los labios de Jimin estuviesen sobre los míos, mi cuerpo se tensó debido al asombro, por un momento quedé estático. Lentamente comencé a corresponder su beso de manera nerviosa. Nos separamos al sentir ruido, levante mi mirada encontrándome con la de Jimin, el cual traía una enorme sonrisa en sus labios.
-¡Appi!- gritó el pequeño mientras corría a los brazos de su padre entregándole las llaves. –Gracias bebé, eres el mejor.- dijo besando su mejilla mientras me guiñaba el ojo. –Ukki eta lojito.- murmuró el pequeño, giré mi rostro evitando verles. –Iré a preparar el desayuno.- mencioné para luego dirigirme hacia la cocina, dejando que Jimin terminase de despedirse del JiHyun.
Dejé las vitaminas de JiHyun sobre la mesa para luego comenzar a tostar pan para ambos, no pasó mucho tiempo para que sintiese unos brazos rodear mi pierna, sonreí para luego mirar la hermosa sonrisa de JiHyun. –Bebé en la mesa está tu pastilla, ya sabes lo que tienes que hacer.- un pequeño puchero se formó en sus labios, pero de igual forma fue a buscarla, tomé un vaso sirviéndole agua para que la bebiese.
-Ahhh.- abrió su boca dejándome ver que ya la había tomado, sonreí dejando un pequeño beso en su frente. –Muy bien bebé, ahora a comer.- mencioné dejando las tostadas en la mesa, serví dos tazas de té, sentando a JiHyun en mis piernas para comenzar a comer.
-Hoy saldremos bebé, hace mucho que no vamos a jugar.- dije acariciando su cabello, JiHyun sonrió mientras asentía con su cabeza. Una vez terminamos de comer deje que el pequeño fuese a jugar mientras limpiaba todo, hoy tocaba ordenar por lo que aprovechando la mañana comenzamos a dejar todo limpio.
No fue necesario que le dijese a JiHyun que recogiese sus juguetes, el pequeño al ver que yo estaba ordenado el comenzó hacer lo mismo, seguimos así por un largo tiempo hasta que por fin todo estaba listo. –Bebé nos damos un baño y luego salimos.- dije mientras nos acercábamos al baño, habíamos sudado bastante luego de ordenar todo.
-¡Sí!- gritó emocionado JiHyun, le encantaba bañarse más aún si podía jugar en el agua con su patito de hule. Llené la bañera con agua caliente para luego comenzar a quitarle la ropa al pequeño, una vez estuvo desnudo lo introduje dentro de la bañera; seguí quitando esta vez mi ropa, para luego tomar la ropa de ambos dejándola en la sesta de ropa sucia.
Me acerque nuevamente a la bañera introduciéndome dentro junto a JiHyun, aproveche que estaba jugando para lavar su cabello, el pequeño al darse cuenta de aquello cerró sus ojitos de inmediato temiendo de que le volviese a caer shampoo a los ojos, cuando estuvo completamente limpio fue mi turno, deje que él siguiese jugando mientras yo terminaba de lavarme.
Salí de la bañera buscando una toalla, sequé mi cuerpo para luego sacar a JiHyun de la bañera y así secar su cuerpo, lo cargué entre mis brazos llevándolo a su habitación, busqué su ropa optando por algo más holgado, hoy iba a ser un día caluroso.
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NUESTRO DULCE ÁNGEL
FanficUna vida alocada le pasó la cuenta, ser padre soltero es algo que debe afrontar día a día. "-¡Basta! Me advirtieron de esto, es un demonio..." Allí renacía su problema, su pequeño revoltoso ahuyentando a cuanta niñera llegaba. ¿Qué hacer cuando nadi...