-¡Jeon Jungkook!- mi corazón se paralizó al oír aquello, por un momento olvide como respirar, no sabía que hacer; mi cuerpo quedo estático el terror invadió cada fibra de mi ser, intenté con todas mis fuerza que mi cuerpo respondiese, una vez lo consiguió busque por todos lados de dónde provenía aquel grito, hasta que sentí un fuerte jalón en mi brazo, mis ojos se llenaron de lágrimas debido al temor de volver a verle.
-Papá...- susurré con voz ahoga sabiendo que verle solo significaba problemas, solo deseaba que Jimin volviese. JiHyun se aferró a mí pierna de inmediato, vi en sus ojitos miedo, no quería asustarle pero mi cuerpo no dejaba de temblar, sentía que el hueso de mi muñeca se fracturaría por lo fuerte que apretaba.
-No me digas Papá, maldito asqueroso.- bramó molesto, intenté soltarme de su agarré pero lo apretó con mayor fuerza. –Auchh...- gemí de dolor, mi padre pareció disfrutar aquello por lo que apretó con mayor fuerza, casi me doble de dolor, pero no lo hice aun después de todo el dolor debía proteger a JiHyun.
-¡Ukki!- comenzaron los gritos de JiHyun a inundar mis oídos, mi pequeño ya no se veía tan asustado, esta vez parecía desesperado, podía ver el dolor en mi muñeca por lo que él requería al igual que yo que aquel agarre se soltara.
-T-traquilo bebé estoy bien, ve donde Appi.- mi voz sonó baja, sentía pánico de que algo le pasase a JiHyun, ¿por qué no apareces Jimin? Por favor Appi, te necesito.... Mis ojos comenzaron a derramar lágrimas debido a la impotencia, mi padre jaló mí brazo nuevamente comenzando a moverme, intente con todas mis fuerza no moverme pero su fuerza era mucho más que la mía. –Camina enfermo de mierda, te enseñaré a ser un hombre.- tenía miedo de sus palabras.
-¡Sueta a mi Ukki!- mi corazón se paralizo al momento en que JiHyun corrió entre nosotros intentando atrapar la mano de mi padre que me soltase, todo pasó tan rápido que mi cuerpo se estremeció, la desesperación me inundo. -¡¿Qué hiciste?!- grité desesperado al ver como mi padre soltaba mi mano para lanzar un manotazo golpeando a JiHyun, mi niño cayó al piso de manera estrepitosa, la sangre comenzó a inundar su boca, sentí que me volvería loco. Mi culpa, mi niño.
-¡JiHyun! ¡¿Qué hiciste maldito enfermo?!- seguí gritando mientras me tiraba al suelo intentado levantar a JiHyun mi niño se veía un tanto desorientado, sus ojos se inmediato se llamaron de lágrimas, podía palpar el miedo que sentía todo su cuerpo temblaba. Le iba a abrazar pero una fuerte mano logró atrapar mi muñeca nuevamente. – ¡Te enseñaré a respetarme maldita puta!- solo oí su gritó para luego sentir un fuerte puñetazo impactar en mi mejilla haciéndome caer al piso, mi vista quedó borrosa, solo logré apreciar como JiHyun intentaba acercarse a mí, negué con mi cabeza temiendo que le volviese a lastimar. –Appi...- logré susurra antes de ser jalado nuevamente del brazo.
-¡Appi!- desperté sintiendo mi cuerpo sudado, mi vista estaba desenfocada me sentía desorientado, podía sentir las lágrimas correr por mis ojos debido a los recuerdos del otro día. Unos brazos rodearon mi cintura, solo sentir aquel calor logró tranquilizar los desenfrenados latidos de mi corazón, alejando el miedo completamente.
-Shh, Appi está aquí.- susurró en mi oreja dejándome tranquilo, giré mi rostro levemente encontrándome con los ojos preocupados de Jimin, me alejé de él girando por completo mi cuerpo, quedando frente a él, con mis manos comencé a acariciar sus mejillas de manera suave temiendo que desapareciese. Jimin era todo lo que tenía, lo que necesitaba; mi corazón estaba en contacto con él, Jimin era la única persona capaz de conseguir que mi corazón se derritiese con tan solo mirarle, sentirme protegido, querido...
-Appi está aquí conmigo...- susurré sin soltar sus mofletes. Quería llorar, seguir llorando solo para que Jimin consiguiese calmar mi tormento. Sus mejillas se sentían tan cálidas a mi tacto. Jimin me sonrió mientras guiaba sus manos hacías las mías envolviéndolas de manera dulce dejando un pequeño beso en mis labios.
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NUESTRO DULCE ÁNGEL
FanficUna vida alocada le pasó la cuenta, ser padre soltero es algo que debe afrontar día a día. "-¡Basta! Me advirtieron de esto, es un demonio..." Allí renacía su problema, su pequeño revoltoso ahuyentando a cuanta niñera llegaba. ¿Qué hacer cuando nadi...