CAPÍTULO 37

7.9K 942 518
                                    


Un mes después

-Jimin necesito hablar contigo.- mis ojos se abrieron de sorpresa al ver a Eun frente a mí nuevamente. Desde aquella vez que estuvimos juntos no la había vuelto a ver, me parecía extraño que dejara de ir a clases.

-¿Pasó algo? Dejaste de venir a clases.- comenté acercándome a ella. Eun se veía afligida, le sonreí intentando reconfortarle.

-¿Quieres un helado?- pregunté. Ella asintió con su cabeza, cogió mi brazo mientras nos dirigíamos a una cafetería, su cuerpo se encontraba un poco frío algo que no iba acorde al clima caluroso que nos envolvía. Una vez que obtuve nuestros helados buscamos un lugar cómodo para sentarnos, me parecía extraño que estuviese tan callada, no era normal en ella.

-¿Qué necesitas hablar conmigo?- pregunté mientras comía mi helado.

-Jimin estoy embarazada.- mis ojos se abrieron de sorpresa al oír aquello, mi cuerpo sintió un extraño frío recorrer cada una de mis vertebras, un sentimiento de angustia se alojó en mi vientre. El cono de helado resbalo de mi mano, alcancé a reaccionar impidiendo que se cayese, dándome cuenta en se momento que mis manos estaban temblando.

-¿E-embarazada? Eun...- mis labios no fueron capaces de formular mayor palabra, mi cuerpo no parecía querer reaccionar, mi corazón latía de una manera que nunca sentí, en cualquier momento creía que se saldría de mi pecho.

-El padre... ¿quién es?- un nudo comenzó a formarse en mi garganta, mis manos comenzaron a cosquillear, alcé mi mirada observando sus ojos, pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos. Mordí mi labio nervioso, intentando quitar la ansiedad de mi cuerpo.

-T-tú...- el helado cayó al suelo al oír aquello. Mi corazón se detuvo por un momento, padre, seré padre... Mi cerebro no era capaz de procesar aquello, mi cuerpo se sentía inquieto, sentía que en cualquier momento iba a dejar de funcionar y terminaría en el piso. Comencé con respiraciones lentas, hasta respirar dolía. Sentía que me daría una crisis de pánico si no me tranquilizaba, no me atreví a mirarle hasta que por fin pude controlarme.

-Padre... ¿Eun estás segura?- pregunté. Ella asintió con su cabeza, suspiré inclinando mi cabeza hacia atrás, mi pecho se sentía apretado, no podía creer que sería padre, menos ahora... Dios lo siento, mi bebé, lo siento tanto...

-Jimin lo siento...- un sollozo me sacó de mi ensoñación, giré mi cuerpo encontrándome con sus manos cubriendo sus ojos, de inmediato me acerqué a ella abrazándole con fuerza, mi pecho se sentía extraño.

-Shh, no llores. No es culpa tuya, lo hicimos los dos. Ambos somos culpables.- susurré sintiendo mi garganta seca. Mis manos comenzaron a acariciar su espalda de manera lenta sintiendo como lentamente iba tranquilizándose, una vez estuvo tranquila dirigí mi mano a su plano vientre.

-Mi bebé.- susurré. Un sentimiento de terror recorría mi cuerpo, sentía pánico de todo, sería padre, padre de un angelito que no tenía la culpa de lo mierda de persona que soy, dios lo siento tanto...

(...)

-¿Qué es lo que pasa Jimin?- había llamado a mis amigos, no sabía cómo hablar sobre aquello. Mi cuerpo no dejaba de temblar, sentía miedo, miedo de la reacción que tendrían todos al enterarse.

-Seré padre.- solté sin pensarlo mucho. Un sepulcral silencio nos envolvió. Levante mi mirada encontrándome con los ojos de Yoongi y Hoseok sorprendidos.

-¿Quién fue?- la voz de Yoongi me hizo sentir un escalofrío.

-Eun.- comenté.

-¡Yoongi!- gritó Hoseok atrapando el cuerpo de Yoongi. Mi corazón se aceleró al ver como golpeaba con su puño la puerta, sus ojos denotaban enojo, rabia y frustración. Los mismos sentimientos que recorrían mi pecho.

NUESTRO DULCE ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora