Capítulo 11

204 18 6
                                    

LUKA:

-¿A dónde has dicho que te ibas?

Llevaba un rato escuchando hablar a Sara pero estaba demasiado ocupado estudiando como para enterarme de lo que decía.

-Me voy a París una semana por el cumpleaños de mi madre.

-¿Una semana?¿me vas a dejar solo?

Sonrió.

-Seguro que puedes cuidarte tu solito.

-Últimamente me olvido de todo, todavía me quedan dos exámenes finales para acabar la semana de exámenes.

-¿Has hablado con Ian?

-¿Te acabo de decir que estoy hasta arriba de exámenes y me saltas con eso?

Aveces era incapaz de etenderla.

-Solo preguntaba, te vendrá bien para despejarte.

-Tengo amigos ¿sabes?

-Pero siempre es más entretenido hacer amigos nuevos.

Suspiré y ella me entregó un papel con un número de teléfono que me resultaba familiar.

-Este es su número, llámale. Algún día te vendrá bien.

-No, gracias, no lo necesito.

Aparté el número de mi libro y vi como Sara se encogía de hombros y salía de mi habitación pero estaba convencido de que no le iba a llamar, la última vez que lo hice estuve a punto de descontrolarme y no quería que eso volviera a pasar.

O eso es lo que pensaba.

Días después me encuentro extresado y agotado con el número de teléfono de Ian en mis manos, había terminado la semana de exámenes y acababa de llegar a casa de acompañar a Sara al aeropuerto.

Necesitaba algo con lo que despejarme y entretenerme. Antes había llamado a unos cuantos amigos, incluso a Eddie pero todos tenían planes así que solo me quedaba él.

Después de un largo tiempo marqué el número de teléfono y, como siempre no tardó en contestar.

-Hola.

Fui el primero en hablar.

-¿Luk?

-Es Luka.

Escuché su risa burlona al otro lado del móvil.

-Como digas. ¿A qué viene esta llamada?

-Sara me sugirió que te conociera más.

-Chica lista.

-¿Quieres dar una vuelta?

Escuhé silencio durante un rato y mis pulsaciones aprovecharon para acelerarse.

-Está bien ¿a qué hora?

-¿6?

-Perfecto, voy a recogerte.

-Vale, pues entonces no tengo nada más que decir.

De nuevo su risita inundó la llamada.

-Adiós entonces.

Dije serio.

-Adiós.

A pesar de haber sido la conversación más corta que había tenido por una llamada, el corazón no paraba de latirme con fuerza.

Durante la llamada se había acelerado con cada palabra que él decía.

Intentando calmar mis pulsaciones me dispuse a darme una ducha y prepararme.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora