Capítulo 26

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Llegué a casa exhausto, al final de la tarde se habían aumentado los clientes y casi se me hacía imposible atenderlos a todos pero por suerte ya estaba tirado en mi habitación. Sara me había dicho que estaría en el salón viendo una película y me ofreció verla con ella pero preferí irme temprano a la cama, ni siquiera quería la cena que mi compañera había dejado en el microondas para mí.

Sin darme cuenta fui poco a poco cayendo en un sueño profundo pero justo antes de perder la conciencia por completo, el ruido del timbre retumbó en mis oídos haciendo que me incorporara de un salto. Miré a mi alrededor para comprobar que seguía en mi habitación y aún estaba vestido, luego miré al reloj. Las diez de la noche.

Escuché a Sara preguntarse quién podría ser y abrió la puerta.

-¡Hola!

Dijo mi compañera bastante animada.

-¡Sara!¡Cuánto tiempo!

Esta vez pegué un salto tan grande que me hizo ponerme en pie y es que reconocía a la perfección esa voz cálida.

Salí de mi cuarto con los vaqueros ajustados arrugados en mis tobillos y la camisa de cuadros que dejaba ver una camiseta gris con el murciélago de batman descolocada para encontrarme con él parado en frente de Sara, mirándola con esa característica sonrisa y sus verdes y perfectos ojos.

-¡Luk!

Fue lo primero que me dijo tras mirarme con esos alegres ojos verdes.

-¿Luk?

Ante la confusa mirada de Sara fui abrazado por Ian. Sabía que quería besarme, que quería recorrer mi cuerpo con sus manos, pero no lo hizo, en lugar de eso se apartó gentílmente.

-Me llama así desde que nos conocemos...

Dije recordando la moestia que me causaba.

-Entonces debes de tener algo especial para que Luka te permita llamarle así.

-Quizás tengas razón...

La respuesta de Ian me agradó a la vez que me molestó. Me agradó porque no dijo nada de nuestra relación pero algo punzante tocó mi corazón ¿Lo había dicho porque no estaba seguro de mis sentimientos?¿No le había quedado clara mi última confesión? Aunque tampoco tenía derecho a enfadarme... quizás era mejor así.

-No te quedes ahí, pasa, pasa.

Los dos seguimos a Sara hasta el salón donde tenía la película parada en una escena que salía lo que parecía la protagonista hablando con una anciana.

-¿Quieres algo de beber?

El rubio pareció pensar su respuesta para luego contestar decidido.

-¿Tienes cerveza?

Sara le guiñó un ojo.

-Sabes que siempre tengo.

Cuando la chica se fue a la cocina me quedé atónito mirando a Ian.

-¿Desde cuando tenéis tanta confianza?

¿Y qué había sido ese guiño? Ni que se vieran a diario o algo por el estilo.

-Ya te dije que nos conocimos hace mucho.

Fui a reprochar su horrenda excusa cuando Sara apareció con una lata de cerveza en una mano y un vaso de agua en la otra.

-Luka ¿Tú quieres algo?

-No, no te preocupes.

Como perritos seguimos a mi compañera hasta la mesa de té y luego nos sentamos con ella en el sofá. El ruido de la lata abriéndose abrió paso a la pregunta de Sara.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora