Capítulo 28

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EDDIE:

Llamé a la puerta de Fran con energía, tenía ganas de verle después de la semana de vacaciones. Yo no quería vacaciones porque pensaba que si me iba a Luka y a el se les iba a caer la cafetería encima pero él insistió y al final lo hice (aunque tengo que mencionar que fue la semana más aburrida de mi vida) por suerte continuaban vivos cuando terminé las vacaciones.

Como siempre, él abrió la puerta y echó a andar hacia cualquier parte de su casa en vez de recibirme como una persona normal y esperar a que me quite el abrigo para guardarlo. Esta vez no tuve que guardar yo mismo el abrigo porque no tenía pero sí que fui andando por el pasillo para buscarle.

Le encontré encima de una silla sujetando una enorme caja que se le iba a caer encima. Utilizando todos los reflejos que tenía, corrí en su ayuda pero cuando llegué él se las había apañado solo y estaba dejando la caja en el suelo.

-¿Qué es esto? Casi te matas al sacar la caja.

Fran me dedicó una media sonrrisa y después me regaló un dulce beso en la mejilla.

-Son cuadros, pero de esto me encargo yo.

Dio una patada a la caja y la empotró contra la pared, después se sacudió las manos y me miró.

-¿Por dónde quieres empezar?

Pensé en lo que sería mejor, quizás el baño porque estaba impregnado del holor de su perfume caro o su habitación para tumbarme en su enorme cama pero obviamente el cálido aroma de Fran superaba a la cama y terminé eligiendo el baño mientras que él recogía la habitación en la que tantas noches habíamos pasado. Esto último me hizo entristecer, de alguna u otra forma le tenía que decir que no me quedaba mucho tiempo en la ciudad pero siempre se me había hecho muy complicado decirle ese tipo de cosas, no por que se enfadara o algo por el estilo, pero parecía que su aura de seriedad me comería si le dijera algo que no fuera de su agrado. Finalmente, fue Fran quien se acercó al baño para preguntarme si estaba pensando en algo. Entonces supe que era ahora o nunca.

Dejé el cepillo en la pared y suspiré mientras me sentaba en el borde de la bañera buscando las palabras perfectas.

-He hablado con mi madre.

Fran se cruzó de brazos y se apoyó en el marco de la puerta.

-Hablas con ella todos los meses.

-Pero esta vez me ha dicho algo importante que debes saber.

Sentía que se estaba preparando para lo peor, se le notaba en la tensión de sus hombros y yo me empezaba a encoger por dentro.

-¿Te acuerdas de cuando te entregué el currículum? De lo que te dije.

-No te prestaba atención cuando hablaste, estaba leyendo el currículum.

Quise pegarle un puñetazo. ¿Ni siquiera se interesó en lo que le decía? Suspiré y busqué otra forma de decírselo pero enseguida tomé la decisión de no dar más rodeos.

-Te dije que encuanto terminara la carrera me iría de la ciudad.

Las palabras salieron rascando mi garganta y un nudo se formó en mi garganta. No quería separarme de él y solo con pensarlo me estaba desmoronando. Él no dijo ni hizo nada, sabía que terminaría mi carrera en poco y estaba esperando a que le diga por qué se lo digo ahora, a que le diga qué pensaba hacer.

-Mi madre ya está limpiando mi habitación para cuando vuelva.

-¿Cuándo te vas?

Su respuesta me pilló desprevenido ¿Por qué no me había obligado a quedarme?¿Desde cuando se mostraba tan poco celoso?

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora