Capítulo 29

114 11 1
                                    

LUKA:

Hoy es sábado y he quedado con Eddie para ir a una discoteca. Para poneros al día os diré que el resto de la semana ha sido muy extraña, es como si todo el mundo estuviera distante y disperso en sus problemas. Para empezar, Eddie no ha venido a trabajar desde que me comentó lo de quedar y Fran está más serio que de costumbre (también da más miedo que de costumbre), la verdad es que creo que es porque han discutido. Eddie siempre falta al trabajo cuando discuten, pero esta vez la situación tiene peor pinta y no me sorprendería si Eddie no quiere quedar conmigo pero José (un chico de mi edad que conocí con Eddie en la cafetería) me ha dicho que irá así que yo le voy a acompañar igualmente.

Y sobre Ian... no le he visto en toda la semana. Después de lo que pasó con Sara decidí darle una oportunidad por lo que se supone que somos "novios" pero solo con pensar en la palabra me entran escalofríos y es que, soy incapaz de olvidar a Nico, aún así estoy intentando asimilar mi nueva relación. Recuerdo que hace unos días hablamos por teléfono. Ian quería quedar el fin de semana pero después de enterarse sobre mi quedada decidimos dejarlo para otro día.

Ahora mismo me estoy duchando. Procuro embadurnarme todo el cuerpo de abundante espuma y luego la voy escurriendo con el agua caliente, muy caliente. Cuando termino me enrrollo en la toalla y me seco en frente del espejo sin pasar por alto mi pelo, que caía sobre mis ojos y se movía con cada pestañeo, quizás debería cortarlo pero tampoco me veía tan mal así que me límite a sacudir la tolla sobre mi cabeza y echarme el largo flequillo moreno hacia atrás. Cuando termino de secarme voy a la habitación y me decido por unos vaqueros ajustados y una camisa azul cielo con estampado de pequeños lunares de media manga y unas converse rojas. Informal y elegante. Después salgo de vuelta al baño para echarme mi perfume diario y veo en el espejo que Sara está a detrás de mi.

-¿Vas a una fiesta?

La chica parecía intrigada y la conversación tenía pinta de que sería un interrogatorio.

-Sí ¿Tú no vas a salir?

Sara suspiró y se apoyó la muñeca en la frente mientras que ponía voz de drama queeen.

-¡Los deberes de historia se han apoderado de mi tiempo!¡Vos, joven muchacho, le pido cordialmente que disfrute por mí!

No pude evitar sacar una pequeña sonrrisa.

-Entonces te dejo con tu teatro.

Cuando me fui a de nuevo a mi habitación en busca de mi móvil Sara me siguió.

-¿Vas a ir con alguien?

-Con José, no sé si Eddie también.

Comenzaba a temer de sus agotadoras preguntas.

-¡Ah, es verdad! José me lo dijo. ¿A qué hora vas a llegar?

Ya estaba empezando.

-No lo sé.

-Estás muy guapo. ¿Van a ir chicas?

-Sara...

-¿Qué?

La chica arrugó el entrecejo indignada.

-Ya soy mayorcito para estos interrogatorios de madre.

Sara pareció tomárselo terriblemente mal porque puso los brazos en jarra y tensó el rostro, pero luego suavizó la expresión.

-En parte soy como tu madre, es mi trabajo.

Rodé los ojos por su comentario, era mejor dejar el tema antes de que me tuviera entretenido durante horas. Encontré mi móvil  y, tras comprobar que tenía la batería al 100% vi un mensaje de Eddie en el que me decía que sí venía, después, lo guardé con una pequeña cartera en los bolsillos de mis vaqueros mientras Sara me hablaba de lo aburrida que le resultaba la historia.

-Ya me voy.

Estaba con mi chaqueta de color caqui puesta y preparado para salir cuando Sara me asaltó con una ultima pregunta:

-¿Vas con Ian?

Al escuchar su nombre en la voz de Sara el corazón se me aceleró haciéndome recordar todo lo que pasó la ultima vez y, lo único que pude hacer fue terminar cuando antes con la conversación antes de que avanzara demasiado.

-No, adiós.

Salí de casa y me dirigí a la parada del autobús donde me recogeros José con Eddie.

*    *    *

Cuando vi aparecer el coche de José me monté en la parte de atrás del coche donde por casualidad también estaba Eddie pero no fue hasta que me puse el cinturón y terminé de colocarme que no me fijé en él. Sus ojos estaban arropados por unas notables ojeras y su piel pálida estaba acompañada por una leve bajada de peso, tal era su estado que nisiquiera sonreía como solía hacer y es que aún sonreía, pero no con el brillo qie siempre tenía.

-Hola Eddie, ¿Cómo te va?

Solo cuando hablé me di cuenta de que acababa de interrumpir la explicación de los planes de José sobre ligarse a unas cuantas chicas. Eddie me dedicó su sonrrisa marchita y contestó más animado de lo que me esperaba.

-¡Genial! ¡Estoy genial! ¿Y tú? ¿Tienes muchos exámenes?

Él no lo hacía aposta porque quería actuar lo mejor posible. Pero yo sabía que mentía. Estaba mal, demasiado mal.

-Dentro de poco, pero de momento nada. ¿Tú sí?¿Por eso no has ido a trabajar?

Sabía que había hecho una mala pregunta pero la curiosidad me superaba. El rostro de Eddie se ensombreció y su sonrrisa se esfumó.

-No. Ha sido por otra cosa.

Eso fue lo único que dijo y solo el gesto frío que tuvo al mirar a la ventana me hizo saber que Eddie estaba muy mal y me hizo sentir que sería una muy mala noche para él. Decidí dejarle solo y continúe hablando con José sobre el nuevo partido de fútbol que no había visto y que, según él, había sido penoso para su equipo favorito.

Poco después llegamos a la discoteca sin tener la menor idea de que Ian estaba allí y mucho menos de que estaba con María, tampoco sabía que sería una de las peores noches para Eddie ni que me esperaba algo que me dolería mucho pero aún así entré con el pensamiento de pasármelo bien, claro está, solo fue un pensamiento.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora