LUKA:
Ian dejó de llorar poco a poco hasta caer rendido sobre una montaña de mantas.
Embobado, miraba su enrojecido rostro durmiente mientras que le acariciaba el pelo. Era la primera vez que le veía dormir, pero mi mente no parba de tambalearse en lo que me había dicho. Nunca me hubiera imaginado nada parecido pero por otra parte estaba feliz, porque gracias a dios él estaba conmigo y no le había pasado nada.
Su cuerpo se estiró levemente, bostezó cansado y, tras parpadear un par de veces levantó su mirada.
-Pensaba que te habías ido.
Una sonrisa tonta afloró en su rostro, en ese momento dejé de tocarle el pelo y me puse algo nervioso, se me hacía vergonzoso actuar tan cariñoso con él consciente. En cambio, el rubio no pareció darse cuenta y se limitó a frotarse los ojos e incorporarse en la cama.
-Quería segurarme de que estabas mejor cuando despertaras.
Sus sonrisa tonta se hizo más profunda.
-¿Estabas preocupado por mí?
En ese momento deseé pegare, pero me limité a cruzarme de brazos.
-¿Crees que he venido a tu casa por aburrimiento?
-Contando con que casi no me conoces...
Le dediqué una mirada amenazadora que pareció captar a la primera.
-Está bien, está bien. Has venido porque te preocupas por mí.
El chico me dio la razón.
-No contestabas a mis llamadas, ni siquiera dabas señales de vida. ¡¿Cómo iba a quedarme sin hacer nada?!
Ian pareció pensar en decirme algo. No dije nada, simplemente le obsevé intentando descifrar lo que pasaba por su mente.
-¿Puedo... decirte algo loco?
La desconfianza me invadió pero la curiosidad me superaba.
-Dilo.
Una vez más, el rubio meditó sus palabras y se mordió el labio inferior.
-C-creo que te quiero.
Se puso las manos en la cabeza y ocultó su rostro.
-¡Dios, te quiero dasiado!
Me quedé paralizado, lo primero que que pensé es que estaba bromeando pero era imposible, Ian no me mentiría con algo así. Pero si no mentía ¿Cómo debería reaccionar? ¿Qué debería responder? Y lo más importante... ¿Era capaz de corresponder sus sentimientos?
Sin saber qué decir hablé sin pensar en una respuesta clara.
-Yo...
-No hace falta que me respondas...
Ian me interrumpió antes de poder decir nada.
-N-no tienes por qué corresponder mis sentimientos, solo... Prometeme que no te alejarás de mi.
Nunca antes había escuchado a Ian hablar tan en serio pero en ese momento me sentía confundido, era como si esas pocas palabras hubieran saturado mi cerebro. Pensé en levantarme de la cama pero permanecí sentado.
-¿P-por qué dices eso?
-Luka...
Mi nombre resonó en la habitación y un escalofrío recorrió mi espina dorsal.
-Contigo todo es diferente, desde la primera vez que te vi no he podido evitar saltarme todas las normas de mi trabajo, el estar contigo se ha vuelto una adicción...
En ese momento recordé la página web en la que estaban escritos los criterios de ''018''.
-Descubrí que tus criterios no coincidían con el '' trabajo'' que me diste pero hasta ahora no había entendido por qué.
Miré a las sábanas hechas un ovillo, en ese momento quería mirar a cualquier lado menos a ese rubio que estaba consiguiendo descolocar mis ideas.
-Luka...
Un susurro me hizo temblar para dejar paso a su mano cálida que se posó sobre mi mejilla obligándome a mirarle.
-Siento que no puedo vivir sin ti... Y cada vez que te beso pierdo el control...
Ian aprovechó mi cuerpo ardiente para acercarse más a mis labios.
-No te quiero obligar a hacer algo que no quieras... Pero si algún día estás dispuesto a darme tu corazón... Quiero que sepas que lo protegeré más que a mi propia vida.
En ese momento, solo pude recordar una cosa: Nico, él era el único al que había dado mi corazón y lo había destrozado sin más. Incluso después de verme llorar desconsolado se mantenía fierme y frío, no fue hasta ese momento que comprendí que me había enamorado de un egoista al que nunca le importaron mis sentimientos.
Mis latidos se aceleraron y mi cuerpo comenzó a temblar, una vez más, Nico aparecía en mi vida.
Los labios de Ian se acercaron y me dedicaron un dulce y adictivo beso al que me fue difícil corresponder debido a mis pensamientos.
-Ian...
Tras el beso me sentía anonadado. El chico se alejó y me escuchó con atención.
-L-lo siento... Pero no estoy preparado para una relación...
El chico pareció desanimarse pero no se derrumbó, si no que mantuvo su cansado rostro sereno.
-Me lo esperaba...
El ambiente se estaba poniendo tenso y el tema comenzaba a desviarse. En un momento de querer huir hacia mi habitación me levanté de la cama de Ian.
-Y-yo... tengo que irme...
Ian se levantó y caminó hacia mí con aire deprimido.
-Está bien.
Sin saber qué decir o hacer abrí la puerta.
-Luka...
Me giré para mirarle.
-Por favor... Vuelve a visitarme. Estaré un par de días sin trabajar.
Con un pie fuera de la habitación respondí con los nervios por todo mi cuerpo.
-Lo haré.
Sin decir nada más, cerré la puerta y bajé las escaleras. La angustia del llanto subía por mi garganta y hacía un esfuerzo por no llorar. Sin siquiera pensar el Lulu salí de su casa siendo yo mismo el que abrió la puerta y salió por el pasillo custodiado por los gnomos de arcilla.
Volví a la parada de autobús angustiado, con ganas de esconderme entre las mantas de mi cama. En un solo momento había recordado el dolor de un año entero. Sentía haberme despedido de Ian así pero la presión de heridas aún cicatrizando habían despertado en mí las lagrimas, lágrimas que comenzaron a caer de mis ojos. Rápidamente, me limpié con las mangas de la sudadera.
IAN:
El sabor agri-dulce del rechazo recorrió mi boca.
Derrotado, me dejé caer sobre la cama pero no lloré ni sentí demasiado dolor pues, por mucho que no quisiera, sabía la respuesta, pero no pretendía rendirme, quería a Luka y estaba dispuesto a demostrarle que podía sentir lo mismo que yo.
ESTÁS LEYENDO
Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)
Novela JuvenilAdvertencia, contiene escenas +18 *Chico de compañía*: Normalmente son chicos muy educados, serviciales y dispuestos a hacer realidad las fantasías de sus clientas. La gran mayoría son contratados para acompañar a mujeres a cenas o eventos de lujo...