IAN:
Para ir a la discoteca con María comencé a prepararme con poco tiempo, la verdad es que no fue porque no me acordaba, si no porque no quería ir y es que tenía un mal presentimiento.
Me decidí por unos vaqueros ajustados de color ceniza, una camiseta de manga corta blanca y encima una chaqueta deportiva negra de la marca nike, guardé el móvil en uno de mis bolsillos, la cartera y caminé lentamente hacia la moto intentando perder el máximo tiempo posible.
Cuando llegué a la discoteca vi a María esperando en la puerta vestida con un ajustado vestido negro con lentejuelas y unos taconazos rojos a juego con su pintalabios y su bolso. Guapa, pero demasiado provocadora para mi gusto. Según me acercaba a ella podía notar el cabreo que tenía con más intensidad, la verdad es que ni siquiera sabía qué tarde había llegado pero sabía que más de quince minutos seguro.
-¡Llevo media hora esperando!
Sus labios de color rojo pasión se enfurecieron a la vez que su mirada.
-Lo siento, pero había demasiado tráfico.
No mentí del todo, la verdad era que por suerte había pillado todos los semáforos de la carretera en rojo pero era mejor decirle eso que decirla la verdad y llevarme una bofetada aunque la verdad era que estaba deseando decírselo solo para ver su reacción.
-Mira, mejor deja el tema. Hoy los cubatas están más baratos, será mejor que los pillemos antes de que se arme mucha cola.
La chica pareció calmarse y, aún con el entrecejo arrugado caminó hacia el interior de la discoteca taconeando con fuerza entonces sonreí y caminé tras ella y es que me hacía gracia la manera aniñada e infantil que tenía de arrugar el entrecejo y los morros cuando se cabreaba.
En la discoteca no pasaron muchas cosas, la verdad es que fue como cualquier salida de fiesta. Hubo un momento en el que dos chicas pelirrojas se unieron a nuestro baile pero encuanto notaron que no estaba dispuesto a acostarme con ellas decidieron irse con otro chico de piel canela que estaba acompañado por una mujer rubia mucho más alta que él, por lo que María y yo volvimos a quedarnos solos.
Pero María continuaba bebiendo y el ambiente comenzó a ponerse tenso, justo como me imaginaba, fue entonces cuando comencé a pensar una escusa para irme cuanto antes pero por mucho que pensara no se me ocurría nada.
-Ian...
María me habló con un leve sonrrojo en sus mejillas y un tono meloso que hizo activar todas mis alertas y es que había trabajado lo suficiente con ella como para saber lo que pretendía.
-Oye, no hagas nada ¿Vale? Quiero decir... nos conocemos lo suficiente.
La chica pareció hacer caso omiso de lo que decía y continuó acercándose a mí mientras yo andaba hacia atrás.
-Yo solo quiero probar una cosa.
-María...
-¿Qué pasa? Es solo un juego.
En ese momento sentí que una columna se acercaba a mi espalda y amenazaba con detenerme por lo que di un paso hacia delante y paré a María agarrándola por los hombros.
-Ya sabes que no puedes, te lo dije el otro día.
-¿Y qué si no puedes? Se supone que yo tengo más confianza que cualquier otra puta con la que te líes.
Esto comenzaba a ponerse muy feo y era más consciente que nadie de que tuve una mala decisión al decidir quedar con ella.
-María, no, ya lo sabes.
La chica pareció rendirse y extrañamemte pronto se le cambió la expresión de decepción a una sonrisa burlona pero antes de que pudiera decir nada alguien tuvo que pasar por detrás de la chica, se tuvo que tropezar con ella y, para empeorarlo, yo tuve que estar en frente para pararla y la paré bien, no la besé, pero María utilizó el impulso de levantarse y así incar sus labios en los míos.
El tío estaba tan borracho que tardó varios minutos en levantarse y cuando se quiso ir María no tenía pensado irse a pesar de que estaba cerrando tanto la boca que seguro la estaba haciendo algo de daño. Fue entonces cuando apareció Luka dando un fuerte tono de tos y en ese momento, no podía estar peor.
-Así que lo ibas a dejar eh...
Podía ver en su sonrisa que estaba cabreado, estaba muy cabreado y pensaba que la culpa la tenía yo.
-Luk, espera.
Sentí como mi alma caía y se hacía pedacitos en el suelo ¿Por qué tenía que aparecer en el momento más oportuno?
-Te di una oportunidad, Ian, y mira lo que haces.
Hice un esfuerzo para centrarme y explicarme bien pero tenía tantas cosas en mente que no sabía ni por dónde empezar.
-Luk, de verdad que yo no he sido.
-¿Quién eres tú?
Para colmo tuvo que aparecer la morenita zorrona para joder.
-¿Ah, no?
Luka limpió el carmín de mis labios pasando olímpicamente de María y me lo enseñó con una sonrisa el doble de aterradora.
-Luk, vámonos de aquí, te lo explicaré todo.
-¡No necesito explicaciones, Ian! Y deja de llamarme "Luk". No voy a volver a intentar nada contigo.
-¡Luk! Por favor, déjame explicarme.
Creí haber conseguido su atención, creí haber conseguido un momento para explicarme pero de nuevo se interpuso María.
-Ian, déjalo. Este tío no tiene ni idea.
Esta vez Luka había estallado y era perfectamente consciente de eso.
-¡Ah!¡Es verdad! Aún no me he presentado.
El chico agarró la mano de la muchacha y la agitó con fuerza.
-Soy Luka, su ex-novio. Pásatelo bien con él.
Esas palabras me destrozaron tanto que ni siquiera enfoqué bien la imagen de Luka alejándose. María intentó retomar el beso pero esta vez caminé con velocidad hacia la salida en busca de Luka pero se había camuflado entre la multitud y era incapaz de encontrarle.
Entonces retomé el camino hacia una chica que tenía una bandeja llena de bebidas alcohólicas y, sin ni siquiera preguntar qué tenían escogí dos y me las bebí de dos tragos.
Eso lo repetí tres veces más pero el resto lo tengo borroso y es que, lo único que andaba por mi mente en ese momento era la necesidad de hablar con Luka y la culpa de que había destrozado la oportunidad que tanto me había conseguido tener.
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Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)
Teen FictionAdvertencia, contiene escenas +18 *Chico de compañía*: Normalmente son chicos muy educados, serviciales y dispuestos a hacer realidad las fantasías de sus clientas. La gran mayoría son contratados para acompañar a mujeres a cenas o eventos de lujo...