Capitulo 27

120 15 3
                                    

Eddie:

Me ha llamado mi madre y no es precisamente para felicitarme el cumpleaños, si no para algo mucho peor. Me ha ficho que ya está contando los días para que vuelva a casa.

Cuando empecé a trabajar con Fran hace cuatro años le dejé bien claro que encuanto terminara mi carrera de diseño gráfico me iría de esta ciudad (la cual todavía odio) pero con el tiempo surgió nuestra relación y se me olvidó hasta ahora por lo que me ha pillado desprevenido, pero lo que más me preocupaba era decírselo a Fran.

Gracias a él he podido disfrutar mucho de mi carrera, a demás, el marketing siempre se me ha dado bien por lo que no he tenido problemas con mis estudios pero como todo, está a punto de terminar. Me quedan dos meses y medio de carrera y mi madre ya ha limpiado mi habitación de arriba abajo, no la culpo, es normal que esté ansiosa por verme, sobretodo porque lleva cuatro años conformandose con escuchar mi voz a través del teléfono, pero creo que se está anticipando.

Me encontraba sentado en la cama con el móvil en la mano pensando en lo que debería hacer ¿Le digo a Fran que dentro de unos meses me tengo que ir?¿O quizás debería de decirle a mis padres que he cambiado de planes y quiero quedarme aquí?

Sonreí levemente. Parecía que estaba en una película ñoña de romance.

Antes de que me llamara mi madre me estaba preparando para ir a casa de Fran para ayudarle a limpiar su enorme piso. Me he decidido por un chándal azul (obviamente con pantalones ajustados y sudadera ancha) para estar más cómodo... y para no escuchar las quejas sobre mis pantalones ajustados vaquero que, según él, era lo único que le interrumpía durante dos segundos para hacerme suyo.

Miré el móvil y ya era un poco tarde así que me puse en pie para evitar "sorpresas" como él dice, aunque yo prefiero llamarlo abuso sexual.

Era un día lluvioso y con viento frío, el típico que al soplar te hiela la nariz y las orejas. No Tenía abrigo así que recordé lo tonto que había sido pero tampoco me importaba, si comenzaba a llover pasaría la noche en casa de Fran.

Cuando monté en el autobús me dirigí directamente a el penúltimo asiento, donde siempre me sentaba junto a la ventana pero me encontré con alguien que me sonaba de haberlo visto antes. Según me acercaba me encontraba con un pelo muy rubio que parecía cortado por un corta césped (la verdad es que le quedaba mejor de lo que sonaba) ni siquiera cuando vi su rostro era capaz de saber quién era ¿De qué le conocía? No era habitual verle en el autobús de esta hora y mucho menos en ese sitio, sobretodo porque nadie se sentaba en mi sitio. Aún pensando en el tema me senté a su lado, por supuesto mirando a la ventana, pero no tardé en notar como sus ojos se clavaban en mi cuerpo en serio que ese chico me sonaba de algo.

-¿Hola?

Su voz me obligó a mirar sus ojos azules.

-Hola.

Quizás soñé muy antipático pero estaba intentando poner nombre a ese rostro.

-¿No conocemos?

Genial, él tiene la misma pregunta que yo, eso quiere decir que no me estoy equivocando.

-Creo que nos hemos visto alguna vez. ¿Utilizas mucho el autobús?

El chico hizo una pequeña pausa para contar las veces que se habíamontado en un transporte público.

- No mucho, hace unos años lo hice y fue horrible... perdí la parada y mi novio casi me mata.

Su burlona sonrisa me hizo reaccionar. Él era el chico al que le presté el móvil hace unos años, el día que besé a Fran en su casa. ¿Cómo se llamaba?¿Adrián?¿Alejandro? Estoy seguro de que empezaba por A.

-¿Por casualidad ese día utilizaste el móvil de otra persona para llamarle?

Él asintió pensativo. ¿Andreu?¿Alejo?¿Antonio? No... Antonio no me suena... Mientras le intentaba poner nombre él pareció reaccionar.

-¡Ah!¡Eres el chico tan amable que me ayudó, verdad?

Asentí con una sonrisa. ¿Amador? Quizás tenía nombre de Dios griego ¿Apolo?¿Aristóteles? El chico sonrió y me tendió su mano.

-¡Qué pequeño es el mundo!¿Te acuerdas de mi nombre?

Creo que en mi cara se escribió mi confusión cuando le di la mano porque él solo procedió a responder.

-Me llamo Gael.

Casi acierto.

-Yo Eddie.

-Ah, de tu nombre sí me acordaba.

Acababa de quedar como un idiota y este chico había sonreído a costa de eso, no sabía lo que pensaba, pero estaba seguro de que se había dado cuenta.

El chico se sentó descaradamente a mi lado y comenzó a hablarme.

-¿Qué has estado haciendo todo este tiempo?

Al principio me cabreé un poco por su descaro, no nos conocíamos y me estaba tratando como su fuéramos amigos de toda la vida pero enseguida cambié mis pensamientos y decidí llevarle la corriente.

-La verdad es que todo ha sido un caos, han pasado muchas cosas.

-Mm... sé a qué se refieren esas palabras. ¿El amor ha llamado a tu puerta?

¿Y este tío?¿Por qué tiene tanta confianza?¿Y qué es esa forma de hablar? Ni siquiera me he aprendido su nombre. ¿Gabriel? Bueno, como sea que se llamara se dio cuenta de mi reacción y se arrepintió un poco.

-Oh, perdón... tiendo a confiar demasiado.

Ya me había dado cuenta.

-No... No pasa nada, pero has acertado.

El rubio abrió de par en par sus ojos azules y sonrió.

-Así que el amor... ¿Puedo saber más?

Arrugué el entrecejo y volvió a arrepentirse de sus palabras.

-Lo he vuelto a hacer...

Cerró sus puños y volvió a sonreír.

-A mí me ha pasado lo mismo, aunque llevo cuatro años así, de hecho hoy he quedado con él otra ver en el centro comercial. Por nuestro aniversario.

Sus últimas palabras llamaron mi atención. Hace tres años, cuando le encontré, iba a su aniversario y yo había besado por primera vez a Fran, la primera vez de verdad, la que me hizo darme cuenta de mis sentimientos y eso quería decir que hoy era también mi aniversario con Fran.

-¿Cuántos años tienes?

Pensé que era una pregunta muy atrevida pero enseguida recordé que seguro no le importaría por su forma de ser.

-Diecinueve. ¿Y tú?

-Veintitres.

-Wow, creía que eras de mi edad.

-Buff... pasé tus años hace mucho.

El chico sonrió. Entonces el autobús se acercó a la parada y yo me levanté para bajarme cuando él me forzó a detenerme.

-¡Espera!¿Puedo tener tu número? Me caes bien.

Temiendo por perder la parada salí avanzando a trompicones mientras le hablaba.

- El sábado por la noche estaré en la discoteca Malibú, si vienes te lo doy.

-¡Allí nos veremos!

Nos despedimos con la mano y conseguí bajar. Era hora de hablar algo muy importante con Fran.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora