Capítulo 7

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LUKA:

Llevaba un tiempo sentado en frente del ordenador, no había tocado nada más, simplemente estaba sentado con los criterios de ahora 018.

Mi mente se quedaba sin recursos sobre como reaccionar a esta situación ¿por qué hizo lo del bar?¿Qué le llevó a romper todas sus "características"? Aunque... ¿y si lo que había tenido la última vez no fue una noche de sexo con 018 si no con Ian?

Una descarga eléctrica recorrió mi espalda. Eso era imposible ¿Como va a acostarse conmigo por diversión y no por trabajo?

-¡Eso es!-Grité sin querer en voz alta.

Seguro que Sara le había contratado otra vez y lo que le pagó fue lo de esa noche.

Pero la duda me comía por dentro y no podía esperar.

Pensé en llamar a Sara, pero rápidamente cambié de opinión, estaba en una cita y no podía molestarla.

Entonces solo quedaba una persona a la que preguntar...

Me armé de valor y marqué el número de teléfono de Ian fijándome en el papel que encontré.

Solo hizo falta dos toques para que tomara la llamada.

-¿Si?

-¿Eres Ian?

-¿Quién llama?

-Soy... L-Luka...

-Luk...-Rápidamente su voz sonó sedutiva.-Lo siento mucho, pero a partir de las doce no ejerzo mis servicios.

-No es para darte trabajo.-Continué serio.-Quiero preguntarte una cosa.

-Entonces, adelante.-Me invitó a hablar.

-¿Sara te pagó la noche del bar?

Tardó un momento en reaccionar con una risita burlona que me molestó.

-De verdad que no paras de impresionarme.

-¿Lo hizo o no?

-No.

Esa respuesta rompió todos mis esquemas

-¿No?

-¿Te lo tengo que repetir?

-Tsk, no hace falta.-Dije cabreado.-Adiós.

Y sin esperar respuesta colgé la llamada.

¿Entonces, ese día no estaba trabajando?¿por eso me dijo su nombre?

Todo parecía tener sentido pero me negaba a creerlo, era imposible que algún chico tan atractivo hiciera algo así conmigo.

Caí en la cama rendido y, sin darmecuenta me quedé dormido.

*    *    *

IAN:

Nos encontrábamos tumbados sobre una cama redonda con sábanas carmesí, fundidos en una película de besos con un sin fin de pasión.

Las velas aromáticas dejaban excitante el ambiente y nuestras manos no paraban de conocer el cuerpo del otro, no podíamos parar.

Comenzamos a acelerarnos, necesitábamos más del otro y lo pedíamos entre gemidos.

Sus manos arañaban mi espalda pero no me dolía, me excitaba, quería hacerlo mío, solo mío y hacerlo todos los días hasta el amanecer...

-¡Ian!¡Ian!-Mi nombre entre sus gemidos era música para mis oídos.

Quería darle más placer, quería enseñarle que yo siempre seré el único que puede hacerle tocar el cielo.

-¡IAN!

Me desperté sudoroso y los boxers no dejaban respirar a mi duro y húmedo pene.

Limpié el sudor de mi frente y miré hacia la puerta de donde salía la voz de Lulu, mi hermana mayor.

Tomé aire intentando apagar mi respiración agitada.

-¿Qué quieres?-Grité sin levantarme de la cama, mi miembro me dolía tanto que no podía ni moverme.

-¡Ha venido el tío Francis!¡Date prisa y sal a saludar!

-¡Dame tiempo!¡Ahora voy!

Me acomodé en mi cama y bajé mis boxers, sentía que iba a exolotar.

Comencé a masturbarme despacio, saboreando el momento pero la imagen de ese tal Luka no tardó en cruzarse por mi mente obligándome a acelerar la fricción.

-Luk...-Gemía entre dientes acelerando aún más mis movimientos, me sentía lleno de adrenalina hasta que, por fin descargué todo lo que tenía de mí y caí rendido sobre la cama con la mano mojada y la respiración agitada.

Luka... ese chico había conseguido alterar mi sueño y obligarme a repetir esta rutina mañanera desde que le conocí, nunca antes me había sentido tan atraido hacia una persona como ahora.

Cuando me llamó anoche podría decir que casi me puse duro solo con escuchar su voz pero todo resultó una falsa alarma, la cual tuve que reemplazar con mi mano.

Me di una ducha rápida y me puse lo primero que encontré en el armario: una camiseta de manga corta gris y unos vaqueros rotos con cadenas de color negro, un poco de desodrante y listo para recibir a mi querido tío Francis.

Cuando fui al salón me encontré a mi hermana y a él hablando alegremente.

-¡Cuanto tiempo Ian!-Mi tío se levantó y me abrazó tan salvajemente como siempre hacía.

Me soltó y me miró de arriba a abajo.

-Veo que te cuidas bien.-Sonrió, tienes el mismo cuerpo de tu padre a tu edad.

Mi mirada se tornó en tristeza.

Mis padres murieron cuando tenía 10 años y todavía no termianaba de superar su muerte, estaba muy apegado a ellos y aunque mi hermana lo pudo afrontar bien cuando nuestro tío se encargó de nosotros yo todavía estaba en ello.

-¿De qué querías hablarnos tío?-Dijo Lulu intentando desviar la conversación.

-¿Hablar de qué?-Estaba algo inquieto, mi tío no es de los que tiene tiempo para vernos amenudo por el trabajo y que fuera a visitarlos para "hablar" podría ser algo peligroso.

-¡Oh! Nada en especial, es solo que llevamos mucho tiempo sin hablar y he pensado en venir aquí a pasar el día.

-¡Genial!-A Lulu pareció encantarle la idea pero un miedo recorrió mi cuerpo.

-¿Estás seguro?-Intenté hacer que cambiara de opinión pero lo único que conseguí fue la mirada amenazante de Lulu.

-Claro que estoy seguro, sois mis sobrinos y quiero pasar tiempo con vosotros.

Finguí mi mejor sonrisa y me senté en el sofá, no tenía ningún problema con que mi tío se quedara una temporada con nosotros, al fin de al cabo nuestra casa la había comprado él, pero solo había un pequeño percance: él estaba en contra de mi trabajo de chico de compañía y mis "horarios" no eran fáciles de disimular.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora