EDDIE:
La mirada de mis padres se sentía como si me hubiéran bañado en un ácido que abrasaba mi piel por segundos. Intentaba mantenerles la mirada como lo hacía siempre que tenía una nueva novia pero esta vez era diferente, ahora no solo les tenía que anunciar mi nueva relación, también tenía que confesar mi sexualidad la cual me había costado aceptar y no podía imaginar el tiempo que les costaría aceptarlo.
-Eh.... bueno, como digo esto...
Mis manos jugaron temblorosas con la servilleta y todos habían dejado de comer.
-¿Una nueva novia?
Mi madre se abalanzó a la conversación.
-Miriam, deja hablar al chico.
Esta vez era mi padre quien habló para después regalarme una mirada paterna tranquilizadora. Tomé aire y comencé a preparar el terreno.
-Sí, estoy saliendo con alguien. Pero no es como pensáis.
Hice una pequeña pausa.
-Es... diferente a el resto de chicas por su perdonalidad, no es una mala persona pero tiene un carácter difícil y es demadiado celosa. Eh...
Miré a mi abuela que parecía contemplar a mis padres con tranquilidad, como si supiera cómo reaccionarían.
-También es mayor que yo, bastante más mayor.
En este punto de la conversación miré el rostro de mi madre que parecía luchar por contener su curiosidad.
-Ella...
Negué con la cabeza y reformulé mis palabras.
-No. Él. Él es un hombre.
Tardé unos segundos en mirarles a la cara. Al principio mi mirada se clavó en la servilleta, luego en los vasos medio llenos, después en las manos de mis padres y finalmente a su cara.
Mi madre, estaba tan blanca como la servilleta que revoloteaba entre mis dedos, con una mirada perpleja fija en todo mi ser y mi padre, más serio había abierto de par en par los ojos como si la noticia se hubiera convertido en un puñetazo en el estómago. Ninguno parecía enfadado o repugnado, simplemente estaban atónitos ante mis palabras.
-Yo...
Fue la mujer la primera en hablar pero enseguida pareció pensar mejor sus palabras antes de continuar.
-No me importa si es hombre o mujer, solo quiero que seas feliz.
Quizás fueron las palabras mas típicas hasta el momento pero aún así sabía que iban repletas de sinceridad.
-¿Es oficial? Digo, tu sexualidad. ¿Es así como te has sentido siempre?
Mi padre parecía levemente dolido por la noticia y por un momento pensé que nunca lo aprobaría.
-Nunca antes me había sentido así por un hombre pero desde el principio fue diferente con él. Es como si fuera el único capaz de hacerme sentir así.
Mis palabras parecieron conmover a mi padre quien cambió su expresión de sorpresa a una más ligera y feliz.
-Si de verdad es tan especial para ti le aceptaré como a cualquiera de tus novias hasta hora.
Sonreí al ver la aceptación de mis padres y de repente me sentí completamente aliviado de un gran peso invisible. Fue como si todos los pensamientos negativos que tenía acerca de eso se esfumaran en una ligera nube de vapor.
-Entonces, si es así como os sentís de verdad, me siento completamente libre de invitarle a cenar.
-¡Abuela!
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Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)
JugendliteraturAdvertencia, contiene escenas +18 *Chico de compañía*: Normalmente son chicos muy educados, serviciales y dispuestos a hacer realidad las fantasías de sus clientas. La gran mayoría son contratados para acompañar a mujeres a cenas o eventos de lujo...