Capítulo 31

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LUKA:

La habitación del hotel era de baja calidad pero suficiente como para poder dormir en una noche de borrachera, era verdad que las sábanas y cortinas decoradas con un estampado de cuadros rojos y los muebles de color pino hacían la combinación más horrenda que jamás habías visto pero las camas eran blanditas y Eddie se había quedado dormido como un bebé, lo que agradecía bastante.

Mi estado se podía resumir en una palabra: agotado. No estaba triste ni borracho, estaba agotado y es que, desde que llegué a la habitación y tiré a Eddie en el colchón no he parado de pensar en Ian y en lo decepcionadoque me siento ¿Enserio era necesario cagarla tan pronto? No llevábamos ni dos semanas saliendo y ya me había engañado, pero lo que más me molestaba era que el odio esa solo una pequeña parte de los sentimientos que se acumulaban en mi pecho. Quería olvidarme de la tristeza y centrarme en el odio, de verdad que lo intentaba, pero era imposible, entonces era cuando me preguntaba: ¿Cuándo fue que empecé a sentirme así por él?¿No se supone que con lo poco que nos conocemos me tendría que dar igual? Me sorprendía a mí mismo el pensar que en poco menos de un mes me había enamorado de quien fue mi prostituto la noche de mi cumpleaños.

Acabé tirándome exausto en la cama y suspirando profundamente ¿Por qué, Ian?¿Por qué lo has hecho? Me decía una y otra vez hasta que la vibración de un teléfono me sacó de mis pensamientos, al principio pensé que era el mío pero al palparlo a través de mi pantalón comprobé que tenía que ser el de Eddie.

No era un entrometido con la vida de los demás y no tenía intención de descolgar la llamada pero el aparato no paraba de sonar y empezaba a molestar por lo que no tardé en abalanzarme sobre los pantalones de mi amigo hasta dar con su móvil.

En la pantalla del teléfono salía un contacto llamado "Ignorar" y en ese momento pensé en que si Eddie había puesto ese nombre al contacto era porque no quería que ni el ni nadie descolgara la llamada, entonces, volví a dejar el móvil en la mesilla y me encaminé a la cama. Era mejor si lo ignoraba.

Tras varios segundos más dejo de vibrar para comenzar de nuevo una milésima de segundo después y fue entonces cuando mi paciencia se agotó. Descolgué le llamada y pregunté con un tono de amabilidad fingido.

-¿Quién es?

-Eddie.

La había cagado, la había cagado pero que muy bien.

-F-fran...

Joder ¿Y ahora qué? Miré el cuerpo dormido de Eddie como si este fuera a despertar y colgar la llamada por mí.

-¿Dónde está él?

Su tono sonaba desesperado y había perdido toda la seriedad con la que hablaba siempre, sabía que me había reconocido y sabía que era la primera vez que mi jefe decidía perder toda su profesionalidad hacia sus trabajadores.

-Estamos en un hotel, Eddie se ha quedado dormido.

Un agobiante silencio inundó la llamada y mi mente se metió en un diálogo con ella misma ¿Y ahora qué debía hacer?¿Estará celoso de mí?¿Cómo se lo digo a Eddie? Finalmente fue él quien continuó hablando.

-Dime el nombre del hotel y el número de la habitación.

Sonó seco y frío pero aún así le di la información que quería.

-Estaré allí en cinco minutos, si Eddie se despierta no le digas nada de esto.

Después de decir eso colgó dejándome ver todas las llamadas que había recibido mi amigo durante la noche: en total eran doce llamadas a las que Eddie había colgado o ignorado y todas eran de Fran. Una parte de mí me decía que había hecho algo malo pero otra parte creía que había hecho lo mejor ya que Eddie no estaba en absoluto bien y si continuaba ignorando a Fran podría cabar peor. Dejé su móvil donde lo había encontrado, en uno de los bolsillos delanteros de sus vaqueros negros, y esperé pacientemente a Fran.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora