Capítulo 25

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LUKA:

Esto es malo, muy malo. El último día que vi a Ian me acosté con él y acabé confesándome demasiado rápido, llevo días intentando convencerme de que quizás solo fuera un despieste momentáneo pero cada vez que lo pienso sigo creyendo que quizás le tenga más cariño del que pensaba. Por suerte, él reaccionó más tranquilo de lo que pensaba limitándose con decirme un cariñoso "lo sabía" y regalandome un beso en la frente. Tengo que confesar que me gusta, es muy atractivo, pero sigo sin verme capaz de mantener una relación, no es por él, si no por mi miedo a encontrarme de nuevo a Nico, de verle con el rostro ensombrecido y recibir una fuerte bofetada por haberle abandonado y es que, con solo pensarlo se me ponen los pelos de punta.

Llegué al trabajo con esa imagen revoloteando por mi mente, me coloqué el delantal y me encontré de fente a Fran que, por alguna razón no me dedicó su matutina mirada de odio, lo que me alivió bastante.

Al introducirme mejor en el local me encontré con Eddie recogiendo los vasos de una mesa para dos, me acerqué sonriendo y, mientras le quitaba la pesada bandeja llena de platos que tenía en la mano le pregunté.

-¿Hay mucho trabajo?

-No, lo de siempre. Hoy puedes atender en la barra.

Se le notaba más aliviado que hace un par de semanas cuando la cafetería no disminuía del foro máximo de gente.

-Está bien, voy a llevar esto.

Eddie se despidió de mí con una sonrisa y yo caminé hacia la cocina donde dejé la bandeja que más tarde vino a recoger otro de mis compañeros, la verdad es que siempre había envidiado a los de la cocina. Se pasan el día entero preparando cafés y bollos a los clientes y, por muy enfadados que estén no tenìan que forzar una sonrisa porque nadie les ves, sin embargo, Eddie, Fran y yo tenemos que sonreir a todas horas para los clientes y no solo eso, también los tenemos que aguantar cada vez que se quejan y limpiar sus desastrosas mesas.

Suspiré y me coloqué tras el mostrador esperando a los clientes, los cuales no tardaron en llegar. La verdad es que estar en el mostrador tampoco es tan malo, solo aguantas a los clientes pero hay momentos en los que no hay nadie en la cola y tengo tiempo libre, pero hoy ese tiempo libre lo dedico a pensar en Ian ¿Qué voy a hcer?¿Le digo que fue solo un deslíz?¿Qué en realidad no le quiero? No... no puedo hacer eso, sería mentirle a él y a mí mismo... pero no tengo intenciones de comenzar una relación, no por  ahora.

En la hora de descanso fui con Eddie al aparcamiento trasero. Como siempre, él se fumó su cigarro de media tarde mientras yo me bebía un Bi-frutas, mi merienda.

Cuando Eddie fue a encenderse el cigarro vi que tenía un lujoso reloj del que no me había fijado antes, parecía demasiado caro como para habérselo comprado él así que decidí preguntarle.

-¿Ese reloj te lo han regalado?

Eddie encendió el cigarrillo y soltó el humo antes de hablar.

-Sí, ¿Te gusta?

Arrimó su muñeca a mi cara y me dejó ver mejor la joya. Sus correas eran de cuero negro y tenía muchos relojes de los que no sabía su función.

-Ha tenido que ser muy caro...

Me horrorizaba sólo con pensar en una cifra aproximada. Eddie expulsó el humo de otra calada en un ahogado suspiro.

-Lo es.

-¿Quién te lo ha regalado?

El chico fue a tomar otra calada pero detuvo el cigarro a medio camino para mirarme.

-Fran.

Me sorprendí por la reapuesta pero enseguide recordé que eran novios.

-¿Es difícil una relación con él?

Esta vez terminó su calada y expulsó el humo.

-Supongo que como todo, al principio sí... pero poco a poco me he adaptado a él al igual que él a mí. Suena cursi pero... supongo que cuando dos personas se aman hacen lo que sea por seguir juntas.

Suspalabras me dieron un toque de atención, fue como si se archivaran en un pos-it de mi cerebro.

-Me alegro de que os vaya bien.

Eddie sonrió y apagó la colilla contra el suelo, después sacó su móvil del bolsillo.

-Oye, ¿sabes que José quiere quedar con nosotros? Dice que han abierto una nueva discoteca que se está haciendo muy famosa.

Me pensé si aceptar su invitación o no, la verdad es que no tenía muchas ganas de salir de casa pero probé a informarme un poco más.

-¿Qué día?

Eddie rebuscó el mensaje en su móvil y contestó.

-Este sábado. ¿Te apuntas?

Miré mi brick de Bi-frutas casi terminado y dediqué unos segundos segundos a pensar la respuesta.

-Está bien, me apunto.

-Genial.

El chico miró la hora y agitó su cabeza indicando la puerta.

-Hora de volver.

Absorbí el zumo que me quedaba y tiré el brick a la basura para entrar de nuevo al trabajo sin tener ni idea de la terrible decisión que acababa de tomar.

Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora