Huellas

treinta y seis - ella

-No me lo creo, ¿pero es verdad? -dice Clara, tapándose la boca con la mano, sorprendida.

-Jurado. Nos hemos quedado todos flipando cuando lo ha dicho. -responde Sofía, que está cruzada de brazos y tiene los ojos muy abiertos.

-Era un poco raro.- dice Elisa, pensativa, mirando a un punto fijo de la pared que se encuentra justo detrás de mi.- No sé, a lo mejor se lo ha inventado para llamar la atención.

-Estoy segura de que no.- Teresa, como de costumbre, no termina de estar de acuerdo con las demás.- Mirad, mi teoría es que cuando alguien dice algo tan fuerte es porque sabe que es mejor decirlo en ese momento, que callarlo y que se acabe descubriendo. Así, ahora todo el mundo piensa que está de coña, pero si un día se dan cuenta de que decía la verdad, no habrá tanto salseo porque en realidad era algo que ya sabían aunque no se lo creyesen.

-Me estoy perdiendo. -se ríe Andrea.- Demasiada información.

-Pero tía, aún así, el hecho de haberlo dicho ahora, ya hace que la gente hable de él. El salseo se lo ha buscado él solo. -dice Marta, que está concentrada arrancando las bolitas de su jersey.

-La gente va a hablar del nuevo sí o sí, básicamente porque es el nuevo. Y el chaval lo habrá aprovechado para contar sus mierdas y que así le dejen en paz el resto del curso. Esta semana me apuesto lo que quieras a que su nombre va a aparecer en todas las conversaciones, pero se cansarán rápido y no volverán a mencionarle más.

-Pues si es lo que tú dices, parece un tío bastante espabilado, eh.- respondo, sonriendo.- ¿Es mono?

Marta me mira.

-¿No le has visto todavía?

Me encojo de hombros y niego con la cabeza.

-Pues tía, no sé. A mi guapo no me parece. Atractivo, puede. Es un chico normal, no demasiado alto, pelo rubio oscuro tirando a castaño y con los ojos azules.

-Pues los rubios suelen ser siempre unos chulos. -digo, sonriendo, mientras se me viene la imagen de Luis a la cabeza.

-Esperemos que no sea el caso.