Las nueve llamadas perdidas de mi madre me obligan a marcar su número en mi móvil.
-Qué quieres ahora. -digo con voz cansada cuando noto su respiración acelerada a través del teléfono.
Espero que sea algo importante.-Daniel, son las diez y media de la noche, ¿dónde estás?
-En la calle.
-¿Y qué haces ahí? Ven para casa ya, por favor, me tenías preocupada. Además no me has avisado ni nada, ya sabes que me preocupo por ti y no quiero que ésta sea la vida que vas a lle..
-Vuelvo en un rato, no me esperes para cenar.
Y dicho esto, doy por terminada nuestra conversación.
Recorro las calles en dirección a casa de nuevo, interiorizando que, si no quiero volver al centro, tengo que aparentar un comportamiento razonadamente normal.
Al menos por ahora.Atravieso la puerta, que está entre abierta, y diviso una mesa preparada para la cena al fondo de la iluminada estancia.
Puedo ver un gran pollo con guarnición de patatas fritas y una ensalada de tomate.
Hay caviar, langostinos y también un trozo de queso crema.
Ah, y luego está mi padre.Me mira, y cuando mis ojos se tropiezan con los suyos, no puedo evitar apretar los puños con rabia.
No se quién cojones le ha invitado.
Él no parece percatarse, porque se levanta de la tapizada y lujosa silla en la que estaba sentado y avanza hacia mí con paso decidido.-¿Por qué llegas tan tarde?
-No sé.
-"No sé" no es una contestación.
-Pues no sé qué quieres que te diga entonces. -es increíble que lleve tanto tiempo sin verme y sólo sea capaz de echarme en cara eso, y me encantaría a mí también poderle echarle en cara todo lo que ha hecho mal a lo largo de estos últimos nueve meses.
-Pues por ejemplo, un lo siento o un "no lo volveré a hacer" no estaría mal.
-Pues si esperas que me disculpe, mejor espera sentado.
Y me dirijo hacia las escaleras, que me conducirán hacia mi refugio, o al menos, hacia el único sitio en el que me puedo hundir siendo yo.
Yo, y mis oscuros pensamientos.
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Huellas
Fiksi RemajaÉl. 17 años. Seattle. Padece desorden afectivo. Cabizbajo y enfadado con el mundo (y con todas las personas que habitan en él). Tendencia a ser violento y grosero. Adora.. en fin, supongamos que adora algo. Odia que le lleven la contraria, que le pr...