17:00.
El sonido del timbre resuena por todo el edificio dando así por terminada la última hora de clase.
Al instante, todo el mundo se levanta dejando de fondo un estrangulador murmullo de sillas chirriantes, gritos entrecortados y pasos agitados que, con prisa, se disponen a salir lo más rápido que pueden del aula.Miro a Andrea.
Ella asiente y sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa. Sé que quedarme castigada no es el plan que más me gustaría hacer esta tarde, pero al menos no voy a estar sola.
Decidimos esperar a que todos salgan de la clase y, cuando finalmente nos quedamos solas, empezamos a recoger. Terminamos de meter los libros en la mochila, cogemos los abrigos y salimos.-Vámonos, que todavía es pronto. -digo mientras recorremos el pasillo.- El castigo no empieza hasta las seis, y son las..
-Cinco y cuarto. -dice Andrea mirando su reloj.- Tenemos tiempo.
-Vale, pues salimos de aquí y esperamos fuera. ¿Merendamos?
-Me parece bien. Espera un momento.. -responde hurgando en el bolsillo pequeño de su mochila- Uno, dos.. tres euros. Es todo lo que encuentro. ¿Tú cuánto tienes?
-Nada.- digo, y me río- esperaba que pagases tú.
-Bueno, pues la siguiente ya sabes que te toca. ¿Vamos a la pastelería?
-Sí, por favor. Me apetece un montón un triángulo de esos de chocolate.
-Um, se me hace la boca agua. Y haz el favor de andar más rápido. ¡Sandra!
-Perdona, es que estoy pensando.
-Pues deja de pensar y muévete. Que a este paso merendamos mañana.
_______
Cuando entramos en Inma's Pastry Shop, el cálido y dulce olor del chocolate me invade los pulmones.
Mientras Andrea va a pedir los bollos, yo me siento en una mesa junto a la ventana.
La verdad es que me gusta poder ver la calle, cómo la gente va abrigada, intentando protegerse del frío. Es como que al estar dentro de un sitio me siento más protegida de todo, como si nada pudiese hacerme daño. Es una sensación muy gratificante.Los cristales están empañados por el frío, y cuando Andrea llega a la mesa con los dos enormes triángulos y un batido de chocolate, agradezco enormemente estar castigada y tener que pasar aquí un rato.
Comemos en silencio, devorando cada trocito de tarta hojaldre y riéndonos la una de la otra al ver el desastre que estamos dejando por mesa.-No entiendo por qué nos han castigado -dice Andrea con la boca llena.- tendrían que castigarles también a ellos por llegar tan pronto. ¿No tienen otra cosa que hacer?
-Um, parece que no. Pero es que no es justo, ¡yo no sé calcular bien! No sé si te pasa, pero siempre pienso que tengo tiempo de sobra para llegar a donde sea y, al final, o tardo más o pasa algo que hace que llegue más tarde. Te prometo que no lo hago aposta.
-Ya, ya.. estás loca de remate. -dice, limpiándose con la manga el surco de leche que se le ha quedado encima de los labios.
-Pero te encanta. -digo con una sonrisa sexy, y ella suelta una escandalosa carcajada que alerta a todo el establecimiento y hace que me ponga roja como un tomate.
_______
-Corre.
-No, que da tiempo.

ESTÁS LEYENDO
Huellas
Teen FictionÉl. 17 años. Seattle. Padece desorden afectivo. Cabizbajo y enfadado con el mundo (y con todas las personas que habitan en él). Tendencia a ser violento y grosero. Adora.. en fin, supongamos que adora algo. Odia que le lleven la contraria, que le pr...