Mi esposo~ creada.

Capítulo treinta y cinco.

-A comer.- dije sirviendo la comida en los platos y poniendolos en la mesa..

-Que rico esta esto.- dijo Justin.

-Si ma.- dijo Liz.

-Gracias, soy una cocinera muy buena.- dije y reí.

-La verdad que si amor.- dijo el.

-Mami, hoy vino un nene nuevo y se junta con Kevin.- dijo ella.

-¿Si? ¿como se llama?.- dije sonriendo y riendo ya que Justin fulminaba con su mirada.

-Ignacio.- dijo ella.

-¿Y es lindo?.- dije riendo, ella solo sonrió y miró a Justin.

-¿Cierto que no?.- dijo Justin apretando sus dientes y ella me miró.

-¿Tienes tarea hija?.- dije.

-Si mami.- dijo ella aliviada, me di cuenta, de que eso era un si, y no queria decir nada por Justin asique le cambié de tema.

-Mañana lo haremos mi vida ¿si?.- dije. -¿Como te fué a ti Justin?.- dije.

-Bien, vinieron más a autos importados se vendieron 6 de ellos en un día.- dijo el.

-Que bueno.- dije contenta y el asintió.

Terminamos de comer, y me pusé a lavar los platos mientras que Justin fué a hacer dormir a Liz. Terminé con los platos y se me dió de raro que Justin no habia vuelto asi que caminé lentamente al cuarto de Liz, y entre con sumamente con cuidado, ellos estaban dormidos en la cama de Liz, fuí lentamente y desperté a Justin, el se despertó y se paró y camino conmigo hacia afuera de la habitación.

-Me quede dormido.- dijo el pasando sus dedos por los ojos y lo miré.

-Me habia dado cuenta.- dije y me miró. -Ven vallamos al cuarto.- dije y caminé al cuarto y el cerro la puerta.

-Te amo.- dijo el y rió.

Lo miré y ví que el venia hacia ami, el ya me llevaba a la pared.

-La pared me debe amar.- dijo.

-¿Por qué?.- dije.

-Debe amarme cada vez que te llevo contra ella, porque puede sentirte aun más que yo.- dijo Justin.

-Que te tenga envidia.- dije y reí.

-¿De que sos mía?.- dijo el y sonrió picaro acercandosé aun más.

-Exacto.- dije y me besó.

-No digas que sos mía que me desespero _______.- dijo el.

-¿Y si lo digo?.- dije riendo.

-No hay vuelta atras.- dijo el y me apretó con fuerza en la pared. -Me razguñarás la espalda, te agarraras de las sabanas, gritaras mi nombre, no te dejaré que hables, ni que respires, que me sientas, que disfrutes.- dijo el respirando en mi cuello.

-Sabes que te estas perjudicando tu solo.- dije. -Tan solo imaginarse todo eso, te desesperas sin que yo diga algo.-

-Es que me tienes tan loco.- dijo.

-¿Tan loco?.- pregunté.

-Muy loco.- dijo el.

-Eres mio Justin.- dije mientras que el besaba mi cuello.

-Soy tuyo.- dijo el subiendo dejando su boca cerca de mi oreja dejando que escuche su voz ronca y su respiración acelerarse.

-Sabes que te tienes que despertar temprano.- dije.