Mi esposo~ creada.

Capítulo cuarenta y nueve.

-Despierta mi dormilona.- decia Justin susurrando a mi oido.

No queria abrir los ojos, solo sonreí. -Las niñas han hecho el desayuno.- dijo el acariciando mi mejilla.

-¿Que hora es?.- pregunte sonriente aun con los ojos cerrados.

-Van a ser las diez de la mañana.- dijo suave.

Finalmente abri mis ojos y me incliné hacia el para darle un pequeño beso.

-¿Quieres que salgamos esta noche?.- dijo el sonriente.

-¿Y Liz?.- pregunte.

-Ymm.. Liz se podria quedar con la abuela.- dijo juntando nuestras frentes.

-Esta bien.- dije finalmente. -¿Que haremos?.- agregé.

-Vamos a recuperar nuestro dia de aniversario.- dijo el, sonriendo picaro.

-Ooh.- dije alejandome.

-Agamos de nuestro regalo nosotros dos.- dijo Justin y me atrajo más hacia el.

-Está bien, pero ahora no.- dije riendo.

-Bajemos.- dijo entrelazando nuestras manos.

Bajamos a la cocina donde se encontraban las niñas sentadas en la mesada, tomando su leche.

-Bueno mis princesas las dejaré voy a buscar ropa allá ¿si?.- dijo Justin.

-¿Como? ¿iras solo?.- dije.

-Si amor, estaré bien ¿si?.- dijo posando un beso en la frente a las 3.

-Cuidate papi.- dijo Liz.

-Si mi amor.- dijo caminando hacia la puerta. -Voy y vuelvo corazones.- dijo y se fué.

Con las nenas nos quedamos en silencio un rato, hasta que Liz empezo a reirse sola.

-¿De que te ries Liz?.- dije riendome.

-No, de nada mami.- dijo ella.

-Esta loca tia.- dijo Jazzy.

Y rei por su expreción.

-Ma, ¿podemos ir al patio a jugar?.- dijo Liz.

-Si amores vallan, el dia esta hermoso.- dije y ellas se fueron corriendo con sus muñecas y juegos.

Me ocupé de levantar las tazas que utilizamos hasta hace un rato y las lavé.

Subí a mi habitación, me cambié de ropa, me maquillé un poco hasta que me sonó el celular.

*Llamada Telefonica*.

-Hola amor.- dijo el.

-¿Que a pasado?.- pregunté preocupada.

-No nada amor, te llevo una sorpresa.- dijo.

-Ya no es sorpresa si ya me lo has dicho.- dije graciosa.

-¿Estamos de chistes hoy?.- dijo el.

-Perdona.- dijo riendo.

-Te amo tonta.- dijo el.

-¿Estas por venir?.- dije.

-¿Me extrañas?.- dijo el.

-Mucho.- conteste.

-Estoy en el trabajo para ver lo que me pidieron que firme unos papeles.- dijo el.

-Ah.- dije.

-Tambien te extraño.-

-Te amo.- dije.

-Y yo a ti.- dijo y senti su sonrisa. -Ya enseguida estoy en casa.- dijo el.

-Está bien.- asentí.