Capítulo treinta y ocho.

457 13 0
                                    

Avisé con las pocas ganas que tenia, a Clari sobre Liz, caminé al baño me pegué una linda ducha de agua fria, así veria si mi cabeza se despejara de todo. Salí de allí y me cambié lista para ir al trabajo, sali de mi casa cerrando todo con seguro, y por ultimo poniendo la alarma en la casa, prendí marcha hasta el edificio y entré a ella, ¿qué fue lo primero que vi? si, ni lo duden que es la zorra maldita. La miré con odio y empezé a caminar buscando con mi mirada a mi amiga que estaba hasta hace un rato en mi casa tratando de animarme, hasta que la encontré y ella vino hacia ami.

-_______ ¿como te encuentras?-. dijo ella apoyando unas de sus manos en mi espalda.

-Bien... mejor.- dije sin animos.

-____ no te quedaras asi para toda la vida.- dijo ella.

-Es que no logro aun poder despejarme un poco, aunque sea olvidarme por cinco segundos.- dije agarrandome la cabeza.

-Está bien, te entiendo ¿si?.- dijo ella mirandome. -Ahora vamos a trabajar ¿si?.- dijo ella y caminamos hasta la cuelga.

-Hola ____.- dijo dulcemente Amanda.

-Hola Amanda.- dije.

-Me contó Giuli lo que te pasó.- dijo ella.

-Ah...- dije mirando hacia abajo mientras me acomodaba en mi lugar de trabajo.

-Todo estará bien ¿si?.- dijo ella animandome.

-Eso espero.- y fingí una sonrisa.

-Me puedes contar de todo ¿si?.- dijo ella.

-Lo tendre en cuenta.- dije mirandola y se fué.

Bien, aqui estoy, vamos a ver que tenemos.

-911 ¿cual es su emergencia?.- dije.

-Hola, nos sentimos perseguidas, hay una moto que esta atras nuestro va muy despacio.- dijo ella con su voz temblorosa.

-Tranquila, tengo tu direccion de donde estás.- dije. -¿De que color es la moto?.- dije

-Azul, si azul.- dijo inmediatamente.

-¿Es uno o dos?.- dije.

-Dos.- me dijeron.

-Bien, ¿como cuantos años?.- dije.

-Veinte, y treinta.- dijo ella.

-¿Tiene numero de patricula?.-

-No, no tiene.- dijo.

-Tranquila la polocia está en camino.- dije.

-Gracias muchas gracias.- dijo ella y esperamos que llegue la policia, la policia los atrapó y ellas quedaron tranquilas, les dije que vallan a sus casas que es muy tarde y peligroso.

Se hicieron las 3am y se me antojó un café, ya que ahora es la hora del descanzo, caminé a la cafeteria con Giuliana y Amanda.

-Neesitaba unos de estos.- dije relajada.

-Tu eres amante a los cafés _____.- dijo Giuli.

-Veo que nos quedamos solita.- dijo alguien con una voz muy pero muy familiar, levanté mi mirada y asi fué no me equivocaba, la miré sin decir nada, las chicas me observaban raro, por lo que no reaccione, tranquila eso lo que la va a matar. -Menos mal que no diras nada.- dijo ella.

-¿Que quiere Mariana?.- dije tranquila.

-Cuidate, tu hija.- dijo ella y ¿qué? con mi hija no.

Mi esposo~ creada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora