El tercer martes de Octubre Dean había entrado al café, Marie ya se encontraba sentada en su taburete en medio del escenario interpretando It's a Beautiful Day de Michael Bublé. Caminó hacia la caja para encontrarse con un chico que ya conocía—. Hey, tú estudiaste con mi hermano ¿no? —el chico asintió.
— ¿Qué tal Dean? ¿Qué deseas pedir hoy?
—Una malteada de plátano, por favor—pidió, Evan asintió y fue a prepararle la orden. El pelinegro se volteó un momento para poder ver cantar a Marie, estaba vestida con un par de jeans negros y una franela blanca, bastante sencilla pero muy bonita.
Pensó que había cometido un error al no besarla la última vez, había cometido un error y se estaba arrepintiendo de eso. Por dios, él necesitaba tenerla cerca para poder sentirse bien, ¿cómo era que eso estaba ocurriendo tan rápido? Se volteó a la barra y tomó la malteada para sentarse en una mesa cerca de la chica.
Sacó su libreta y empezó a dibujarla, le gustaba hacerlo porque sentía que estaba creando algo hermoso, ella era hermosa y el dibujo que hacía se asemejaba a su belleza, claro que Dean no era el mejor artista de todos pero podía hacerte sentir con sólo observar lo que creaba.
Dibujó sus manos sosteniendo el micrófono porque estaba imitando la silueta que tenía en ese momento; su rostro permanecía cabizbajo mostrando sólo una parte del mismo, en él había dibujado una pequeña sonrisa que se veía cortada por los mechones de cabello que la tapaban.
—Dean—escuchó su voz y con sus manos tapó su libreta, ¿cómo fue no se había percatado de que ya había terminado? ¿Tan concentrado estaba en dibujándola que su alrededor fue completamente ignorado? — ¿Qué estás dibujando? ¿Por qué tapas la libreta?
—Porque es algo personal—le dijo—, em, no suelo mostrarle mis dibujos a las personas. Las pinturas sí pero mis dibujos son como especiales y siento que todavía no son del todo bueno.
—Yo creo que seguramente son grandiosos—le sonrió, Dean pensó que ella era grandiosa.
—Algún día te los mostraré—le dijo—, cuando me sienta seguro de ellos—susurró y cerró la libreta. Quizás la razón principal por la que no quería mostrárselos tan rápido era porque tenía más de cinco dibujos de ella cantando.
En la noche luego de cenar, se dedicó a pintar, tomó uno de los lienzos vacíos y lo colocó en su caballete, de ahí buscó las pinturas que necesitaba, esta vez prefirió pintar en óleo, echó un poco de ellas en la paleta y empezó a traspasar la imagen de su cabeza
Inició dibujando a la chica, ésta llevaba una chaqueta de color beige y agarraba con sus manos un paraguas, sus piernas eran delgadas, su cabello era largo y se mantenía de espaldas a él, llevaba unos tacones altos y por debajo de la chaqueta se podía apreciar una corta falda gris. Dean sonrió al verla, era Marie aunque no se le veía el rostro él sabía que la había dibujado.
—Que hermosa—susurró, colocó uno de sus pinceles en agua y tomó uno más delgado para contornear los pequeños detalles en su dibujo; tenía la intención de que fuese una imagen semiborrosa por lo que tomó el pincel del agua y lo pasó por la chica logrando un efecto de degradado.
Cuando terminó con ella empezó a dibujar al chico a su lado, era un poco más alto que ella, andaba llevando una bicicleta a pie y también llevaba una chaqueta del mismo color que la de Marie. Pintó el cabello de color negro y supo que se había hecho de manera inconsciente; esos dos eran Marie y él juntos caminando por las calles en un día lluvioso.
Terminó de pintarse para luego hacer el fondo, toda la parte de atrás parecía estar borrosa, quería hacer mostrar la untura como si hubiese sido una fotografía tomada en un día lluvioso, gotas por do quiero y charcos de agua en el suelo. Se vio interrumpido por el toque de su puerta.
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...