9: La chica de cabello osuro

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Dean llegó a su casa con una sonrisa en el rostro, vio a su hermano que ya había llegado de su cita y se sentó a su lado en el sillón, dio un largo suspiro para intentar llamar la atención del pelinegro pero éste lo ignoró, volvió a suspirar y lo hizo nuevamente unas tres veces más hasta que su hermano se fastidió y volteó a verlo—. ¿Qué?

—¿Te interesa saber lo que pasó?

—Me interesa más saber si Spencer logra descifrar quién es el asesino pero como seguirás molestando debo mostrar interés contigo—respondió y fingió una mueca de interés —. A ver, cuéntame.

—Me siento confundido—explicó—, ya llamé a Liam y a Levi pero es tarde y no creo que vengan.

—¿Por qué te sientes confundido?

—Porque no me gusta Marie pero me gustó besarla.

—O ignorabas el hecho de que te gusta.

—No creo, ¿sabes? Ella logra que pueda pintar mejor que antes pero a pesar de eso yo...

—No lo estaba preguntando, era una afirmación —Dean frunció el ceño.

—Creo que debes entender que el hecho de que la quiera para mi arte no significa que la quiera en mi vida, o sea, sí la quiero en mi vida pero no de la forma que piensas. Marie es alguien grandiosa, auténtica y hermosa pero todas esas cualidades son las que quiero reflejar en mi arte, no quiero una chica perfecta y ella lo es.

—Nadie es perfecto.

—Pero ella me hace sentir que lo es, sabe cautivarte con su voz y te logra poner inquieto con su mirada, ella lo tiene todo, es lista, es bonita y simpática ¿qué más se necesita? Quizás poner mi mundo de cabeza pero ella sólo lo mantiene en orden—suspiró—. Me gusta Marie pero me gusta porque me hace sentir un artista pero no me hace sentir como un hombre y necesito a alguien que lo haga; que entre a mi vida y lo desordene todo, que me quite el aliento con verla y que me haga sentir como si fuese de otro mundo.

—No conseguirás a alguien así; esas chicas a las que ves y te enamoras a primera vista no existen, son una ilusión y una farsa.

—En eso te equivocas, bobo—comentó y Gastón rodó los ojos por el apodo que su hermano le había dado hace mucho tiempo—; que tu Bella haya conocido a una Bestia antes de enamorarse de ti es diferente, pero tienes a tu chica ahora y la amas.

—Pero no me enamoré a primera vista de ella, a eso quiero referirme —explicó—, en la vida real las maravillas del amor no existen, no está eso del amor incondicional.

—Quizás para ti—respondió—. —Yo creo que el amor a primera vista existe y que el amor de mi vida también. Lo sé porque cuando la vea escucharé a Kloss cantar de fondo—su hermano se rió, cosa que le molestó al pelinegro—. Me iré a mi habitación —comentó levantándose del sillón, pasó primero por la cocina para tomar un paquete de galletas de chocolate de la despensa y luego entró a su habitación.

Prendió la computadora y buscó en youtube el álbum completo de Kloss Canciones para Jane y mientras sonaba empezó a desvestirse para colocarse algo más cómodo. Optó por una franela de algodón color gris y un mono negro para dormir, caminó hasta su lienzo en blanco que siempre dejaba por si alguna idea improvisada se le ocurría y buscó su paleta de pinturas y sus acuarelas para empezar a trabajar.

Tomó el pincel más fino y lo pasó por el color negro para empezar a dibujar, quería hacer algo misterioso pero interesante, algo que llamara la atención y volvió a dibujar a una chica pero no era Marie, era la chica de su pintura que mandó al concurso. Quizás era alguien famosa, no lo recordaba en realidad pero le gustaría hacerlo, tal vez así pudiese dibujarla más seguido.

La Musa y MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora