14: La vas a ilusionar

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—Es el mejor helado que he comido en toda mi vida—dijo Dean luego de comerse una cucharada del nuevo sabor. Liam asintió con la boca llena de helado y su mejor amigo lo miró con cara de asco para pasarle una servilleta—. Por dios Liam, límpiate. Comes como un bebé.

—Déjame disfrutar, Deandré—respondió y tomó la servilleta para limpiarse la cara—. Debo decir que mi tía sabe cómo preparar recetas.

—No puedo estar más de acuerdo—admitió el pelinegro—. Sabes, estuve pensando...

—Eso es nuevo, wow—interrumpió su amigo, Dean frunció el ceño y rodó los ojos para continuar.

—Como decía, estuve pensando y creo que sí debería hablar con Marie.

— ¿Y por qué crees que sí? Digo, hace diez minutos estabas renuente a hablar con ella y ahora por obra y magia del espíritu santo quieres ir a hablarle.

—Porque me importa lo que ella pueda pensar de mí, por mucho que no me guste como ella le gustaría, creo que necesita una explicación para mi comportamiento tan extraño—confesó—. Y sobre Joanne...—suspiró—. Me gustaría decir que sólo estoy impactado por el hecho de haberla visto en persona, pero no sé cómo me siento con ella. Es la chica de mi pintura, la pinté varias veces después de esa vez y cuando la vi la volví a pintar; sé que no es muy importante pero yo pienso que mis pinturas llegan a tener un significado sobre mis sentimientos, no pinto a cualquier persona.

—Me gustaría decir que comprendo tú situación pero tú sabes que no lo hago, así que sólo asentiré y dejaré que hagas lo que estás diciendo porque me parece una buena idea—dijo mientras asentía, Dean suspiró y comió nuevamente del helado.

—Estar con chicas es complicado, ¿no lo crees? —preguntó el pelinegro, Liam negó.

—Pienso que tú te complicas la vida por cosas simples—le dijo—. Mi novia y yo andamos de lo más felices y sin complicaciones. Sólo debes hacer las cosas con orden y pensar sin tomar decisiones impulsivas como siempre haces.

—No tomo decisiones impulsivas—respondió molesto—. Si fuese así habría besado a Marie desde la primera vez que la vi.

—Bueno, digamos que eres o muy impulsivo o muy bobo, no hay un punto medio—aseguró y se levantó de la mesa para ir a botar el envase de helado ya vacío.

Dean también terminó de comer su helado y se acercó a Liam quién estaba en la barra hablando con una de las empleadas del lugar. Decidió ver su teléfono y pensó que sería buena idea si llamaba a Marie en ese momento por lo que no le dio muchas vueltas al asunto y marcó su número.

Repicó dos veces cuando cayó en cuenta de que no sabía qué iba a decirle si ella contestara y entró en un pequeño momento de pánico en donde su opción más inteligente fue cortar la llamada antes de que ella atendiera. «Eres un idiota, Dean» pensó sabiendo que lo más probable que ella hiciera cuando viera la llamada perdida fuera marcarlo.

—Liam—llamó a su mejor amigo, el castaño volteó a verlo—. ¿Crees que se logre hackear el teléfono de una persona para borrar una llamada telefónica? —el chico frunció el ceño.

—Pues Levi le ha pedido ayuda a Stuart para hackear el sistema de la universidad y conseguir el horario de Nina, creo que puede hacerlo con un simple teléfono mundano—se encogió de hombros—. ¿A quién llamaste?

—A Marie.

— ¿Y por qué quieres borrar la llamada?

—Porque no sé qué decirle si me llama ella—contestó—. Me provoca ansiedad el sólo pensar en que puedo hacer el ridículo al verla.

La Musa y MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora