Dean llegó a la casa de su mejor amigo casi a las once de la noche, su madre era quién había abierto y luego de haberlo regañado por salir de su casa a esa hora y a pie, lo dejó pasar para que fuese a la habitación de su hijo. Liam se encontraba durmiendo, la luz estaba apagada y en la cama Dean pudo apreciar por la poca claridad que le daba las ventanas sin cortinas, que había un bulto bajo las sábanas que obviamente era Liam.
Se acercó a él y le quitó las sábanas para empezar a moverlo de golpe. El castaño despertó asustado y Dean se rió por ello.
— ¡Qué te pasa! —dijo agitado, Dean se acomodó en la cama echándolo a un lado.
—Acabo de venir de la casa de Marie—Liam pareció interesarle la conversación—, pero no estaba. Andaba con Griffin Arlen—su amigo se rió.
—Claro Dean, dime algo que me crea.
—Liam, Marie conoce a Griffin y a Axel, Gino y T.J. Los conoce a todos porque un día Griffin estaba en la cafetería y la escuchó cantar y ahora parece que salen juntos.
—No lo sé Rick...
—Hablo en serio, muy en serio—le dijo—. Ella me contó que fueron al estudio y todo, no te conté nada porque era algo privado de ella que realmente no lo vi importante, algo laboral y ya pero no, a Griffin le llama la atención Marie y ahora creo que estoy completamente jodido. ¡Este es el 33-12 más grande de la historia de los 33-12!
—Sigo sin creerte—el pelinegro rodó los ojos. Realmente no tenía ninguna prueba que pudiese demostrarle que decía la verdad, pero él sabía que decía la verdad, Marie estaba con Griffin Arlen y todo había sido por su culpa.
—Dame un consejo, el que sea.
—Estás cosas te pasan por hacerte el macho y jugar con ella.
—Que eso ya lo sé, no necesito que me lo recuerden siempre.
—Te lo recordaremos hasta que acomodes tu error, y al paso en el que vas, parece que eso no va a pasar—comentó—. Además, me despertaste en medio de mi hermoso sueño con Holly Hollister.
—Nadie duerme tan temprano.
—Cuando necesitas tener una cara libre de ojeras sí—mencionó—. Así que tú y tu 33-12 pueden esperar hasta mañana al medio día—se recostó en la almohada y bostezó, Dean volvió a moverlo para que no se durmiera.
—Te necesito despierto, haz de mi consejero, mi consciencia y todo eso.
— ¿No tienes un papá psicoanalista?
—Nunca quiere atenderme, dice que sólo puede verme como un hijo y no un paciente.
—Habla con Gastón.
— ¿Para que me saque de su cuarto y me recuerde siempre que metí la pata? ¡Já! Ni lo sueñes—se cruzó de brazos y recostó su cabeza en una de las almohadas que estaban cerca—. Me quedaré esta noche.
—Dormirás en el sofá.
—O puedo regresarme a mi casa con mi bella y cómoda cama; sí, como que esa idea me gusta—comentó levantándose de la cama—. Mañana nos vemos en Sunny Ice, llama a Levi, tenemos que tener una reunión seria. Dile que es un 33-12.
—Ajá—murmuró Liam casi quedándose dormido. Dean salió de su habitación y se quedó unos minutos hablando con la mamá del castaño para luego irse del apartamento.
Su casa no quedaba muy lejos, pero quizás no quería todavía llegar a ella. Tomó un desvío y se dirigió hacia los lugares de Dush, quizás debía recurrir a la única persona que conocía que siempre estaba en su casa a esas horas: Ava.
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...