Liam dejó a Dean afuera de La Clave de Sol, el pelinegro se bajó del auto un tanto nervioso y le dio una mirada antes de entrar a su mejor amigo. Éste le hizo señas para que fuera a hablar con la chica de una buena vez.
Y eso hizo.
Entró a la cafetería y se encontró a Marie atendiendo en la caja registradora, había un grupo de unas siete personas quizás haciendo la fila para pedir y él decidió hacer lo mismo. Mientras esperaba se debatía cuáles podrían ser las palabras exactas para hablarle.
«Debemos hablar»
No, eso sonaba temeroso. Como si fuese a pasar algo malo y él no quería darle esa sensación a ella.
«Me gustas y soy un estúpido»
Podría decirle eso pero quizás era demasiado directo. Aunque en momentos como ese era correcto ser así de directo.
La fila se fue acortando hasta que llegó frente a ella, Marie lo observó con seriedad pero no le dijo nada sobre qué hacía ahí, no lo rechazó tampoco, sólo le preguntó lo mismo que le preguntaba a cada uno de los clientes y quizás eso era peor que un rechazo directo.
— ¿Qué desea ordenar? —desea, en modo formal.
—Marie, me gustaría hablar contigo.
—Disculpe Señor, pero ese pedido no está en nuestro menú—le respondió ella—. Quizás en Venum pueda encontrarlo.
—Marie esto no es divertido—le dijo él—. Debemos hablar.
— ¿De qué Dean? ¿De qué quieres hablar?
—De nosotros.
—Oh, ¿ahora hay un nosotros? —fingió asombro—. ¿Desde cuándo? ¿Desde qué Joanne Jones te rechazó?
—Dios Marie, ya deja pasar eso—le respondió—. No tuve nada con Joanne, sólo es una amiga y ya, ella no me gusta y yo no le gusto. Me gustas tú, deblin.
—A veces es malo darse cuenta tarde de las cosas—lo miró—. ¿Vas a ordenar algo o qué? La gente va a empezar a llegar.
—Te esperaré a tu salida y no puedes negarte a hablar conmigo de esto—le dijo y se marchó del local.
~•~
Marie terminó su turno tres horas después y al salir del lugar observó a Dean dibujando sentado en una de las mesas que estaban cerca de la ventana. Se acercó a él y colocó su bolso sobre la mesa para llamar su atención, éste la miró y cuando se dio cuenta de que era ella se levantó de la silla y guardó su libreta en su mochila.
—No traías esa mochila antes—le dijo ella.
—No, fui a buscar unas cosas a mi casa para no aburrirme mientras te esperaba—le dijo—. Hasta pasé por Sunny Ice y me compré un helado, ¿quieres comer? Te invitó una hamburguesa.
—Dijiste que querías hablar de nosotros.
—Y lo haremos, no puedo dejar que sigamos de esta forma.
— ¿De cuál forma?
—De esta, parece que estás siempre a la defensiva. Como si quieras recalcarme en la cara que estoy equivocado—le respondió—. Sé que me equivoqué pero ¿puedes dejar de hacer eso? Quiero intentar volver a cómo todo era antes.
—Sólo la mano, no el brazo entero—Dean frunció el ceño.
— ¿Qué?
—Vamos a comer, el Dush tiene una promoción de dos por uno—Dean le sonrió y tomó su mano para caminar a su lado.
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...