Dean tomó un respiro, acomodó su chaqueta negra y caminó dentro de La Clave de Sol; como todos los martes, Marie estaba allí sentada en un banco del pequeño escenario cantando la dulce y armónica melodía de Michael Bublé. Él sabía que lo había arruinado todo, había estado pensando en ese momento durante días y sabía que no podía hacer algo para que las cosas volvieran a ser las de antes pero tampoco quería quedarse parado observándola mientras cantaba como si ya hubiese aceptado que ella no lo quiere en su vida.
Porque a pesar de todo lo que Dean podría pensar de Marie, él la quería en su vida. Sea como una amiga, como una simple conocida, con cualquier rol que ella pudiese tomar, él sólo quería tenerla nuevamente en su vida, pero ¿qué podía hacer él para disculparse?
Se sentó en una mesa alejada del escenario, no quería que ella lo viese porque temía que lo sacara de allí, bueno, quizás Marie no podía hacer eso pero no quería que lo viese con rabia en sus ojos. No quería sentirse rechazado por ella.
—Sabía que regresarías—le dijo la voz de una chica, Dean volteó a verla y se percató que Gretta, la amiga de Marie, estaba parada justo al frente con una libreta en la mano—. ¿Vas a ordenar algo o piensas verla cantar solamente?
—Un jugo de piña, por favor—pidió, Gretta anotó lo que le dijo en su libreta—. ¿Crees que sabe que estoy aquí?
—No sé, no la he visto mirar hacia ti—respondió—. Me contó lo que sucedió, eres una gallina.
— ¿Una gallina?
—Mira, yo no digo que te deba gustar Marie porque aquí uno es libre de que le guste quién le dé la gana pero sí digo que debes ser franco y sincero, no puedes decirle que no pero demostrar que sí, ¿comprendes? Si no te gusta, entonces deja de buscarla.
—Pero es mi amiga—ella bufó.
—Y también es la mía, por eso no quiero que vengas con tu imagen de galán de telenovela a romperle el corazón—apoyó su mano en la mesa y miró a Dean fijamente a los ojos logrando que él se sintiera intimidado.
—No le voy a romper el corazón.
—Patrañas, Dean—respondió—. Iré por tu jugo, espero que recuerdes que Marie es una gran chica que no merece que la ilusiones—se marchó.
Marie dejó de cantar la canción y Dean creyó que ya había terminado con su presentación, ella solía hacerlo siempre a la misma hora pero se sorprendió cuando la escuchó decir unas cuantas palabras al micrófono.
—Para terminar por la noche de hoy, me gustaría dedicarle ésta canción a un chico que seguramente está aquí presente—habló—. No diré su nombre pero él sabe que es para él—confesó y todos le aplaudieron, ella echó una mirada al lugar y por un pequeño segundo sus miradas se cruzaron—. Espero que les guste—finalizó y una melodía de guitarra comenzó a escucharse.
It's a beautiful day.
Él conocía esa canción al pie de la letra. Sabía lo que ella quería decirle y pensó que estaba bien, él prácticamente le había demostrado que no quería tener nada con ella y la idea de que Marie estuviese aceptándolo le parecía justo pero ¿y si se arrepentía de eso?
«Baby it's fine. (Cariño está bien)
You said that we should just be friends. (Dijiste que solo debíamos ser amigos)»
Dean rodó los ojos al escucharla, ¿de verdad Marie le estaba cantando esa canción de ruptura? Vale, él tal vez se había comportado como todo un patán pero pensaba que ella no se había tomado muy en serio las cosas.
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...