—Así que voy a conocer a Joanne Jones—dijo Marie en la habitación de Dean. Ella estaba observando las pinturas que él tenía guardadas en su armario mientras ambos esperaban que Joanne llegara a buscarlos.
—Ella tiene una peculiar forma de comportarse pero es agradable, de verdad—le dijo—. Aunque a veces hace comentarios bastante, mmm...¿superficiales? Creo que esa podría ser la palabra.
—Leí su libro, Gretta me lo prestó y sé que está por sacar uno nuevo. Es bastante bueno—confesó.
—Tuve un trato con ella; se supone que no debería decir esto pero eres tú—le dijo—. Yo la uso para mis concursos y ella me usa como su personaje.
— ¿Eres su personaje principal?
—En parte, o eso entendí yo—le dijo—. Creo que parte de mi personalidad le inspira. Espero que nos sea mi lado idiota porque si no pobre protagonista—ella rió por su broma y negó.
—No eres un idiota, Dean—le dijo—, sólo no sabes todavía qué quieres para tu vida.
—Sí lo sé, pero a veces se me hace difícil aceptarlo—ella acarició su mejilla y se acercó para darle un beso corto—. Te quiero,
—Yo también te quiero—respondió—. A pesar de que a veces eres medio patán, eres un chico con un gran corazón. Y tienes un talento sumamente increíble.
—Medio patán—se rió él—. A ti te gusta verme sufrir, ¿verdad?
El sonido de su celular hizo que él se separara de ella para ir a tomarlo, vio la pantalla y atendió al ver que era Joanne la que llamaba.
—Baja, ya estamos aquí—le dijo ella.
—Dame cinco minutos—respondió y cortó la llamada. Marie tomó su bolso comprendiendo que ya debían irse—. Joanne está abajo—le tendió su mano para que ella lo siguiera.
Su padre estaba en el apartamento trabajando un poco por lo que le avisó que ya se iban. Tomó las llaves de la casa, un suéter que estaba en el perchero y abrió la puerta para que Marie pasara primero. Ambos bajaron por el ascensor y en toda la entrada se encontraba la camioneta de Joanne, Salomón estaba afuera esperándolos y les abrió la puerta trasera para que entraran. Dean aprovechó para saludarlo con un apretón de manos y entró al auto.
—Así que tú eres Marie—dijo Joanne observándola—, me gusta mucho el color de tu labial. Por cierto soy Joanne Jones.
—Lo sé, Dean me habló ya de ti—respondió ella. Dean observó a ambas chicas intentando buscar un tema de conversación para que la situación no llegase a ser incómoda.
— ¿Y cómo te preparas para la firma, Joanne? —le preguntó Dean a la chica.
—Bastante bien, no tengo nervio alguno—confesó—. Daré una charla exponiendo la idea del nuevo libro y la fecha de cuándo saldrá a la venta.
— ¿De qué tratará? —preguntó Marie—. Claro, si se puede saber—Joanne asintió alegre.
—Es sobre un chico que quiere ser famoso con la música pero no tiene una canción que le haga sentir que brilla, busca y busca hasta que encuentra a una chica que le hace ver crear su canción perfecta—explicó—. Es más, se llamará así el libro: La Canción Perfecta. Estaba entre ese y Nota Perfecta pero tiene más sentido canción, ¿no crees?
—Me parece que sí, porque una nota puede ser perfecta pero si no se mezcla con otras y se crea la melodía nunca pasa a ser canción y si lo que él quiere es la canción que lo lance a la fama, entonces canción queda más que acorde con todo—Joanne la vio interesada.
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...