34: Ahora sí

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—Griffin nos invitó al concierto que va a tener el sábado—dijo ella. Dean asintió—. Pensé en que podíamos comprarnos algunas franelas con el logo antes, o no sé si tú tienes ya; como a ti te gusta mucho la banda...

—Sí ehm—dudó—, está bien esa idea pero no es sobre eso de qué te quiero hablar—respondió serio, Marie lo miró curiosa al querer saber exactamente lo que le pasaba por la mente.

— ¿Quieres hablarlo aquí o entramos? —Dean negó.

—Podemos hablar aquí—Marie se sentó en las escaleras y Dean la siguió—. Entonces...

— ¿Qué tienes con Griffin?

—Dean, Griffin y yo sólo somos amigos—el pelinegro negó-

—Él no te mira como amigos y tú tampoco—le dijo—. Marie, no me voy a molestar si tienes algo con él. Sólo quiero que seas feliz—le tomó la mano—. Cuando estamos con él es como si te cambiara la cara, tus expresiones son tan reales, te gusta hablar con él. Él te gusta.

—No lo sé, Dean. Estoy confundida con lo que siento por él—respondió—. Siempre se me ha hecho fácil saber cuándo alguien me gusta, no lo dudé contigo, me atraías desde que te vi pero con Griffin es diferente porque me gusta pasar tiempo con él. Es como si lo conociera de hace mucho, tenemos mucha confianza y a veces me encuentro pensando en él y es tan raro porque nunca me había pasado con alguien.

—Bueno, dicen que cuando es amor es porque no entiendes realmente qué sucede con esa persona—le sonrió—. Creo que a él le pasa lo mismo que a ti.

—¿Tú crees?

—Se nota mucho, fue a escucharte cantar arriesgándose que alguien lo viera—le dijo—. Y la forma en la que te mira...me da un poco de celos incluso.

—Pero nos invitó a su concierto, a los dos—aclaró—. Me pidió que te llevara, si le gustara, ¿crees que haría eso?

—Porque cree que tú y yo estamos saliendo y me imagino que es de los que no se mete en la relación—se encogió de hombros—. Desde que lo sigo como músico nunca he visto una noticia sobre romances fugaces ni nada de eso, imagino que se acuesta con chicas como todo artista pero no es un mujeriego.

—Tiene un gran corazón.

—Ves.

— ¿Qué?

—Te gusta—respondió—. No le dices a cualquier chico que tiene un gran corazón. Yo puedo hablar con él y aclararle todo si eso quieres.

— ¿Irías igual al concierto? —Dean sonrió.

— ¿Bromeas? Es Kloss, no me lo perdería por nada—ella negó riendo por su comentario y luego suspiró.

—Pienso que debemos hacer lo de las camisas—se rió.

—La tuya debe decir: soy la chica del bajista—la codeó, Marie negó. Tomó su mano nuevamente que había sido soltada hace unos minutos y se puso seria para verlo fijamente a los ojos.

— ¿Qué somos entonces tú y yo?

—Amigos, siempre seremos amigos—frotó su mano con su dedo—. Te quiero—ella se acercó y besó su mejilla.

—Yo también te quiero.

—Quiero que sepas que le diré a Griffin que si llega a hacerte daño, no lo pensaré dos veces para romperle esa cara bonita que tiene—ella rió por eso—. Está advertido.

— ¿Seguro que está bien que seamos sólo amigos?

—Tengo muchas cosas que acomodar en mi cabeza y en mi vida—respondió—, debo arreglar una situación con Ava.

La Musa y MarieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora