— ¡Ugh! Estoy rodeada de aficionados—dijo Joanne Jones mientras se abría paso entre las personas, Dean estaba caminando detrás sin mucho interés. Ella lo había invitado a una pequeña feria de libro que estaban organizando en la ciudad de Asderma y él había aceptado dándose como excusa que quería viajar para poder visualizar mejor el arte en otra ciudad.
—Tú comenzaste de esta forma—le recordó él, Joanne negó.
—Mi padre es poeta, fui criada en el ambiente literata desde siempre—respondió—. No iba a las ferias para hablar con los escritores, iba para acostumbrarme porque eso era lo que sería—Dean asintió, aunque no le había parecido algo muy bonito.
Se dio cuenta de que Joanne y él eran de mundos muy distintos, ambos compartían el arte, eso era cierto, pero sus perspectivas estaban muy alejadas. Ella tenía una vida resuelta desde siempre, él todavía trabajaba para cumplir su sueño y eso no estaba mal, sólo que quizás el comportamiento que acababa de ver de ella no le parecía lo mejor. No al menos en ese momento.
Dean sabía lo que era ser un aficionado al arte porque él lo era, no podía considerarse pintor ni mucho menos artista porque no era alguien reconocido. Aunque dicen por ahí que no es necesario ser un artista reconocido para ser un artista.
Había muchas personas famosas que sólo hacían basura y personas creativas que sufrían por no ser reconocidas, esa era la vida real de los aficionados y Dean la vivía.
—No sabes lo mucho que me gustó que hayas accedido a venir conmigo—comentó Joanne y tomó la mano de Dean, éste le sonrió para luego dar un suspiro.
No podía seguir engañándose a él mismo.
—Joanne...no quiero que confundas las cosas entre nosotros.
—No las confundo, Dean—respondió—. No me gustas y sé que tampoco te gusto, ¿vale? —continuó hablando y se lo llevó al puesto de la editorial que había firmado con Joanne para sacar su nuevo libro—. Yo te inspiro y tú me inspiras a mí, ¿no es eso lo que hacen las personas grandiosas? Inspirarse mutuamente para su arte, el libro que estoy escribiendo trata sobre eso, sobre ti y tus pinturas.
— ¿Me estás usando para escribir tu libro?
— ¿No haces lo mismo conmigo para crear tus pinturas? Estamos a mano—se encogió de hombros y se acercó a una de las empleadas que estaba allí para empezar a hablarse sobre el cronograma de actividades que tendrían ese día.
Dean se la quedó mirando sin saber exactamente qué hacer en ese momento, vale, quizás ella estaba en lo cierto y él sólo la veía como una musa para las pinturas que estaba haciendo los últimos días, pero ¿de verdad podía tener una relación de uso mutuo con Joanne?
Pensó en Marie y en lo que seguramente podría estar haciendo en ese momento, como era jueves seguramente sólo estaba sirviendo algunos cafés, pero de todas formas le hubiese gustado ir a verla, no se arrepentía de haber aceptado la salida con Joanne, Asderma era una ciudad maravillosa llena de sitios perfectos como para poder sentarse y dibujar, pero la feria del libro no era lo suyo, los libros en general no eran lo suyo.
Le informó a Joanne que iría a caminar un rato y que regrearía antes de que se acabara la feria, ella estuvo de acuerdo e incluso le pidió a su asistente que lo acompañase a donde sea que él fuese.
—No te gusta todo este bochince, ¿verdad? —le preguntó el hombre mientras manejaba a algún museo de arte, Dean suspiró.
—No es mi concepto de diversión ir a que me firmen un libro o ser el que firma los libros—respondió—. ¿Tú no te aburres haciendo esto?
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La Musa y Marie
Teen FictionDean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella persona que lograra cambiar su perspectiva por completo pero nunca pensó que la encontraría en un caf...