Nos encontrabamos sentadas en la cama con la tabla Ouija en el centro... Esto me trae muchos recuerdos, y no son nada bonitos... Abiel estaba mirándonos con atención desde al lado de la puerta. No eran ni las 11 de la noche, pero tienen que entender que somos unas estúpidas impacientes... Martina reía inconcientemente mirando la tabla y yo, bueno, yo estaba ansiosa. Tal vez esta sea la última vez que vea a mi amiga feliz.
Noto muy raro a bicho raro. Nunca había estado así.
-Ya vengo. Voy al baño. No me tardo- Dijo Martina corriendo hacia la puerta.
A penas salió del cuarto, me dispuse a preguntarle a Abiel que le sucedía. Fijé mi mirada en él, y él hizo lo mismo. ¡Realmente estaba mas pálido! Jaah, no sabía que eso podía pasar.
Me levanté lentamente y empecé a caminar hacia él.
-Oye... Estás bien?-
Trató de sonreír pero se le notó muy forzado.
Mi ceño se frunció.
-Qué tienes Abiel?...
Imitó mis gestos al escuchar su "nombre".
-No me digas así.-Refutó firme.
-Qué tienes?- Insistí.
No respondía. Nunca respondía.
Miraba hacia los lados muy tranquilo. Pero yo estoy segura de que le pasa algo.
-Tienes hambre...- No fue una pregunta, fue una afirmación que salió de mi boca, y me arrepentí de haberla dicho al instante.
Su mirada volvió a mí y asintió lentamente.
¡LO SABÍA PERRAS!
- Lo imaginé...- Dije sonriendo tiernamente.
Le dí la espalda para volver a mi cama y esperar a Martina. Sabía que tenía hambre. Es lógico, si realmente se alimenta de sufrimiento, no ha comido desde hace como dos días. Pobre.
-Vivir contigo es un poco difícil...-Escuché su voz pesarosa pero a la vez con un toque divertido.
OBVIIIO MI AMORR... VIVIR CON UNA ADOLESCENTE ES DIFÍCILL.
Arrepiéntete, demonio estúpido y vuelve a tu fría morada.
-Pero... Me gusta.
Me volteé de golpe.
¿CÓMO DICES QUE DIJISTE?
Lo miré confundida. ¿A un demonio le gusta vivir con una humana? NO juegues. ¿Qué sigue? Que yo sea la hija perdida de Michael Jackson?...
-YA LLEGUÉ!- La puerta se abrió. Y Martina entró corriendo sentándose a mi lado de un brinco.
La miré sin prestarle mucha atención. Todas mis neuronas estaban pensando en lo que Abiel dijo. ¿En serio le gusta vivir conmigo? Pero si aquí no puede hacer nada!! ¿Cómo le va a gustar?
-Andreaa?!- Martina movió su mano enfrente de mi cara, haciendo que pegara un brinquito en la cama.
-Mm... Ah, qué?!
-Qué te pasa niña?! ¿Viste un fantasma? Estas pálida...- Agarró mi cara entre sus manos.
Literalmente si ví un fantasma, bueno, un demonio.
-Nada, nada- Aparté sus manos. Miré a bicho raro y tenía una mano en el mentón y reía. Así es, sonríe, pequeño demonio, sonríe para mami Andrea... Ok no.
Agarré la Ouija y me acomodé, Martina hizo lo mismo.
Abiel caminó hacia nosotras y se sentó a mi lado.-Tu preguntaras todo!- Le dije a Martina.
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Mi amigo el demonio
Paranormal-AAHHHHHHH! UN FANTASMA! -Corrección, un demonio... -AAHHHHHHH! UN DEMONIO! -Un gusto conocerte!