Mi amigo el demonio

..Amigo de la infancia..

Bellos trazos adornaban aquel cuaderno... Y mi hermoso retrato era, diría yo, el más impresionante de todo. El realisto era genial, perfectísimo.

-NO LO VES?!- Señalé la página con un dedo.

-El amor te tiene mal, amiga...-Me miró raro.

Estúpida idiotaa! ¡Aghh!.

-A ver, Martinita...NO VES ESA MIERDAA QUE ESTÁ DIBUJADA AHÍ?!- Acerqué el cuaderno a toda su face. Ciega de mierda.

Ella arrebató el mismo de mis manos he imitó mi acción.

-QUE NO VES QUE AHÍ NO HAY NI UNA MOSCA?!...No investes, Andrea, deja las niñerías.

No pude contener un gran bufido. Cerré el cuaderno con fuerza y traté de calmarme... Ya que estaba apunto de pegarle en toda LA ESTÚPIDA BOCA... *Respiración agitada*... A Martina.

No estoy loca... Yo sé muy bien que NO estoy loca... En esa cosa hay un dibujo de mí.

Hagamos algo mejor... Olvidemos el cuaderno por un rato.

"Solo mantenlo cerrado" Pensaba.

"NO discutas más".

.....

-¡¿COMO ES QUE NO LO VES MARDITA?!- Pobre de Martina. Mis manos la golpeaban un poco fuerte... A quien engaño?  Esa era la pelea del año... Y yo la estaba ganando.

-RELÁJATE MUJER...-Ordenaba, parando mis golpes.

Perfecto... Volvimos a aquellos días en que la loca era yo.

Nadie me cree...
Todos me ignoran...
Mejor me tiro de un quinto piso...

.... 15 minutos después ....

-ANDREAAAA!

Mamá?
Por qué grita así?
Creo que alguien se volvió loca también. 

Oh, demonios.

¡¿Descubrió que me comí su trozo de empanada?! NO PUEDE SERR!

ESTOY MUERTA.

-Y-a v-voy- Mis ojos se abrieron buscando apoyo por parte de Martina.

Ella solo me miraba con una ceja levantada.

-Qué hago?!- Dije paralizada.

¡Mi mamá me va a matarr tralala lalaaaa!...

-Ese NO es mi problema, niña loca.

Mi cara :0 .
Así era mi puta cara... Así :0

Me abandonó,  literalmente *lloran2*.

Bufé.

-ANDREAAAA! TE ESTOY LLAMANDO.

Joder, joder, joder.

Mi mamá en la cocina.
Yo en la sala.

Que hago? Salir corriendo por la puerta? GRAN IDEA.

-A donde vas idiota? Tu mamá está por allá- Dijo Martina ceñalando la cocina.

-Eres una estúpida...-Susurré.

Ay dios...

¡Se acerca!

¡ESTÁ ENTRANDO!

¡SALE SATANÁS!

-¡NO ME MATEES!- Grité cubriéndome el rostro con expresión de horror.

Mi madre entró a la sala con el teléfono de la casa en su oído.

-Que te sucede?!- Dijo tapando el teléfono con su mano y alejándolo. Hizo un ademán con la mano para que me acercara.