..Cuaderno..

39.5K 3.7K 1.2K
                                        

-¿En qué las puedo ayudar?- Dijo la señora Raquel.

Era muy simpática, tenía muchas joyas encima. Una vieja con mucho floow...Me parece buena gente.

Ahora lo único que falta es que me pueda ayudar.

-Esstemmm... Andrea..- Dijo Martina al notar que yo no daba ninguna respuesta... Es más ni siquiera estaba pensando en nada productivo.

En mi mente solo estaba un mono con platillos en las manos.

-¿Las puedo ayudar?- Preguntó de nuevo sonriendo.

REACCIONA ANDREA JODER...

-Ahh... CLARO CLARO... Claro que nos puede ayudar... O eso espero...

Martina se golpeó la frente suspirando.

La señora observó la actitud de mi amiga y rió divertida.

Esa señora me recuerda a alguien... Su actitud me recuerda a bicho raro... JODER, todo me recuerda a él *Lágrima cayendo por la mejilla*... Nah tampoco soy tan dramática.

-Emm... Tenemos un problemita...-Dijo Martina cansada de mi silencio.

-Bueno... Si les parece,  podemos ir a mi "oficia" y ahí me platican mejor sobre su problema, vale?

Las dos asentimos.

La tienda tenía muchos objetos raros, calaveras, frascos con cosas dentro... Escobas, calderos,  varitas mágicas... Nah, no es cierto. Es una tienda, no el mundo de Harry Potter (Aunque quisiera que así fuera *Llorando*), Odio ser muggle.

Solo habían cosas raras.

Mi mirada pasó por todas partes, estantes con libros, el recibidor con muchos frascos encima, flores extrañas, etc, etc, etc.

Había una puerta marrón detrás del recibidor,  la misma por la que la señora Raquel había entrado antes.

Me quedé estática un momento.

Martina me agarró el brazo y me obligó a entrar.

.....

MADRRE MIAA.

Habían calaveras ordenadas por tamaños en una mesa.

Velas por todos lados, moradas, blancas, negras, plateadas.

Y... Iugh... Un ratón disecado... Asco...

Un cuadro llamó mi atención... Me paré en frente del mismo para observarlo mejor.

Era un ángel abrazado con un demonio... Muy realista por cierto.

-Lo hice yo...

¡Madree santa! ¿Por qué me tienen que asustar siempre?

Di un pequeño brinquito.

-Eh?!- Mi respiración se aceleró un poco por el susto.

-El cuadro... Lo pinté yo -Sonrió- ¿Por qué estás tan nerviosa niña?

Solo sonreí y negué.

Ella achinó los ojos y se dio la vuelta caminando hacia una mesa que estaba en el centro de su "Oficina".

Martina se sentó.

Raquel también.

Yo estaba parada aún.

-¿Te vas a sentar o te vas a quedar ahí parada todo el año, idiota?- Dijo Martina.

Como respuesta bufé y fuí hacia la mesa para sentarme.

Mi amigo el demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora