La madrugada está pasando muy lento.
Tengo alrededor de hora y media aquí en su cuarto. Ya terminé de curiosear en su cuaderno. No hay más nada interesante, solo mi retrato y su medio registro. El resto son anotaciones locas y pensamientos.
Él se mantuvo en silencio.
Extendí el brazo en su dirección con el cuaderno en mi mano. Se lo devolveré.
- ¿Contenta?- Preguntó mientras lo tomaba.
La verdad es que no, amiguito. Ahora viene lo bueno.
-Mm, digamos que si.- Me acomodé en la silla que me está volviendo el culo cuadrado.
-...- Me miró con el ceño fruncido- ¿No lo estás?
Me limité a sonreír inocentemente.
-Podrías responder varias preguntas, así lo estaría.- Seguí sonriendo tiernamente.
-Jodes más que nadie ¿Sabías?- Dijo con un tono grave y serio.
-Lo sé, ya me lo han dicho.
Sacó un chocolate de su bolsillo, suspiró y se tiró bruscamente en la cama.
-Agh... Entonces ¿Qué coño vas a preguntar, eh?- Dijo.
-Emm... ¿Cómo son tus hermanos?- Comencé preguntando con mucha inseguridad.
-Son unos imbéciles. Siguiente pregunta.- Respondió con firmeza.
Bufé.
¿No puede ser serio por unos momentos en su vida?-Si no respondes bien mis preguntas me iré.- Me crucé de brazos aparentando molestia.
-Es de madrugada...- Recordó.
Joder.
-¡SOLO RESPONDE!- Grité.
-YA RESPONDÍ, SIGUIENTE PREGUNTA.- También grito.
Le dediqué una mirada fulminante de esas que dan miedo, él hizo lo mismo.
Adivinen quién ganó está batalla de miradas...
Si, obviamente él.
Por Dios, sus ojos dan miedo, imposible ganarles.Un escalofrío se apoderó de mi.
-¿Quieres responder, por favor? Gracias.-Dije incómoda.
- Está bien, relájate.- Me ofreció un poco de chocolate.
Lo tomé.
-Pues, verás... Tengo dos hermanos mayores. Los dos son unos propios idiotas, no hacen nada bueno. Lo peor es que nos parecemos mucho. El mayor es un poco más alto que yo, el del medio es muy callado pero cuando le provoca se pone agresivo y provoca matarlo. En fin... Son bastante serios y siempre intentaban matarme cuando tenían tiempo libre. No los quiero, ni ellos a mí, así de sencillo...- Hizo un ademán con su mano, dijo todo esto con bastante tranquilidad.- Entiendo que tengas curiosidad, Andrea, pero ellos no tienen nada de interesante. Son unos envidiosos que hasta el propio viejo deja de lado.- Mordió su chocolate y continuó con la boca llena- Ah, por cierto, el mayor tiene un parche en la cara.
-Dijiste que antes los admirabas...- Dije.
-ANTES... Tu misma lo has dicho. Cuando tenía unos 80 años. En ese momento ellos eran mi modelo a seguir, luego crecí y avancé más que ellos, mi padre me agarró respeto desde muy pequeño y, sonará muy egocéntrico, pero los consideré inferiores a mi. Bueno... Realmente lo son. Todos lo saben bien.
-...- Abrí mis ojos ante su explicación.
-Siguiente pregunta.
-Bueno...- Pensé un momento.- ¿Cuántos años tienes, señor abuelo?
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Mi amigo el demonio
Paranormal-AAHHHHHHH! UN FANTASMA! -Corrección, un demonio... -AAHHHHHHH! UN DEMONIO! -Un gusto conocerte!