La Guardiana!.

Rebelde.

Pak:

Después de la pesadilla de esta mañana que se repite cada vez que intento dormir, he ido a casa, al parecer todo estaba bien en la manada, la mayoría de los problemas son pequeños conflictos que se dan por la alta posesividad de nuestra especie con lo que nos pertenece ademas no somos conocidos por nuestra paciencia y delicadeza; esta en nuestra naturaleza ser posesivos y viscerales, lo que ha menudo nos causa conflictos. Tome una ducha y me cambie para salir en busca de mi buen amigo Nic, es un exguardian que protegió a nuestra manada, es un gran amigo de mi padre y mio también... Es a quien recurro para consultar algunos temas de seguridad de la manada, concejos y demás; algunas veces también nos peleamos a ver quien es más fuerte, no vale mencionar quien gana cada vez que lo hacemos pero por lo menos no se rinde tan fácilmente.

Cuando llego, se me hace raro ver la puerta abierta considerando que este hombre se preocupa demasiado por la seguridad de su amada Janeth, así que sigilosamente entro, estoy a punto de llamarle pero un olor fresco a bosque con un no se que... me inunda:

*-Mate, por fin...-

Espera Asher, ¿¿¿¿como????- Me quedo petrificado en medio de la habitación creyendo que no es posible que este aquí?, es decir me alegra encontrarla, pero ¿que carajos hace aquí en la casa de un guardián?, bueno exguardián, como sea no importa ahora.

*-Mate, idiota, ve por ella, rápido o déjame ir.- parpadeo y dejo que el olor me guié hasta el patio trasero, puedo asegurar que tengo una estúpida sonrisa pintada en mi cara, ansioso por verla acelero el paso, una hermosa rubia lucha con Nic, con un aire de ternura y a la vez de peligro, su ceño esta levemente fruncido dejando una arruga en su frente, algunos mechones de cabello salen rebeldes de su coleta y me entran unas ganas inmensas de verlo completo esparcido libre por su espalda, es bastante ruda porque se lanza contra Nic muy segura de si misma, aunque esta un poco golpeada y maldigo el no haber llegado antes, ella es mía, Nic no tiene el mas mínimo derecho a siquiera tocarla y menos si es para hacerle daño, un gruñido sale de mi garganta y me quedo observándola, quiero correr a ella, pero la verdad eso la asustaría, así que me limito a disfrutar del show intentando no saltar sobre Nic y arrancarle la cabeza cada vez que la toca.

Saludo a Janeth y me siento junto a ella a disfrutar de la vista e intentar controlar mis emociones, el corazón me late a mil y puedo sentir la tensión en cada parte de mi, es como si me resistiera a un gran imán. Mientras mas veo, mas me parece increíble lo bien que lucha, ha logrado golpear bastante a Nic, ni siquiera yo lo he logrado, ella se mueve a una velocidad impresionante, sus movimiento son ágiles y llenos de fuerza; Cuando Nic la golpea en el rostro haciéndola caer, el corazón me da un vuelco y me pongo de pie, dispuesto a golpearlo por lo que ha hecho.

*Es mía, no puede golpearla.* me grita mi lobo. pero antes de que pueda hacer algo, Janeth me detiene y me hace sentar nuevamente, no quiero hacerle caso pero veo que ella se levanta, un poco perdida y con un labio sangrando pero lo hace, me duele un poco el pecho mientras observo como sangra... Esta solo sonríe, entonces una nueva cara se dibuja, no es nada comparado con lo que hemos visto segundos atrás, no hay emoción aparte de una diversión, como si esto solo fuera algo que hace para pasar el rato cuando está aburrida, intrigante. Cuando se lanza nuevamente hacia el, por un momento parece dominar la pelea, pero Nic muy agilmente toma su brazo y yo ya se que viene, así que sin poder detenerme, antes de darme cuenta ya estoy caminando rápidamente y tomo con mi mano el pie de Nic antes que este la golpee.

-Vuelves a tocarla y no respondo!!- le gruño a Nic mientras dejo caer su pie, quien solo me mira muy asombrado, sabe lo que significa así que se sonríe y da un paso hacia atrás; volteo a ver a mi mate, intento no abalanzarme sobre ella y... No alcanzo a terminar mi pensamiento cuando es ella la que se abalanza sobre mí, me toma un brazo, lo dobla, da un giro y me hace caer, se pone encima de mí. Ni siquiera puedo pensar con claridad al tenerla tan cerca.