¡Al fin la boda!

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Pak:

Habían pasado exactamente 37 días desde aquel incidente que cambió algo en todos nosotros, pero especialmente en Lisha, los primeros días Alex fue de gran ayuda, siempre estaban juntas y ella la obligaba a ir a diferentes lugares, pero al volver mi bonita lloraba en silencio en el cuarto por horas, las siguientes semanas se enfrasco tanto en el trabajo que pasaba días sin dormir, pero cuando lo hacía siempre terminaba de la misma manera, ella llorando desconsoladamente en mis brazos, diciendo una y otra vez que lo sentía y por mucho que intenté que me dijera que era lo que soñaba, siempre esquivaba mi pregunta; realmente en algún momento estuve a punto de llamar a sus primos, pensando que al ser como ella podrían ayudarla, pero para mi alivio las pesadillas se hicieron menos frecuentes y ahora solo por momentos la notaba pensativa.

Me afectaba demasiado verla y sentirla de esa manera, de hecho me mude a la casa de Nic temporalmente para estar cerca y también para mi tranquilidad, el lazo es más fuerte que antes y sus sentimientos me afectan tanto que desestabilizaban a toda la manada, fueron días oscuros; por eso mismo no he sacado el anillo del cajón de mi oficina y Stiff no hace sino reprochármelo.

- ¿Qué es eso tan importante que debemos tratar a está hora de la mañana?- Klein entra a mi despacho y se deja caer en el sillón poniendo sus pies sobre la mesa. – grrrr, nada de grrrr estuve toda la noche arreglando unos asuntos de papeleo y lo único que quiero es descansar, ¡pero no!, estoy obligado a asistir a la reunión a primera hora con el Alpha- protesta, odia madrugar.

- Alpha- James entra y se sienta, me sigo preguntando ¿Por qué lo llamé?, detrás de él Stiff que cierra la puerta, sabe que solo somos nosotros.

- Bien, ya estamos completos- doy una respiración profunda y meto la mano al cajón buscando el cuadrado de terciopelo intentando tranquilizarme un poco y encontrar las palabras adecuadas.

- Voy a pedirle matrimonio a Lisha- suelto sin mas, dejo la caja sobre mi escritorio y sus ojos viajan a ella; intento leer sus expresiones, James sorpresa, Stiff fastidio y mi hermano como en dulcería.

- ¡Por fin!- se lanza por la caja y en unos segundos ya tiene el anillo en sus manos. – Me gusta- dice mientras lo observa detenidamente, e incluso intenta morder la pequeña piedra haciendo que Stiff se lo arrebate.

- No es para ti- gruño y él me ignora, James me felicita y Stiff no dice nada, de seguro no me cree. – El problema es que no sé como pedírselo-

- He dicho millones de veces, que la invites a un buen restaurante, te arrodillas y listo- Stiff bufa con exasperación.

- Puede ser en medio de un entrenamiento, te arrodillas y se lo preguntas- James se encoge de hombros como si fuera algo sencillo y sin importancia ¿Soy el único preocupado por eso?

- ¿Por qué hasta ahora?- mi hermano de la nada se pone serio y me ve, con la maldita mirada que odio.

- Hemos pasado por mucho, yo no- dudo en la respuesta y chasquea la lengua mientras se vuelve a sentar, sin dejar de verme, malditos ojos iguales a los míos.

- Mentira, ¿Vas a decirme la verdad o no pregunto más?- ese es su ultimátum, Klein sabe bien como sacar respuestas, vio cosas a edades tempranas que lo llevaron a obsesionarse por encontrar maneras más efectivas de destruir a alguien sin tanta violencia, luego se aburrió de eso y lo combinó con las habilidades en la lucha, ahora es reconocido no por matar a sus oponentes, sino porque mucho antes de que dejen de respirar ya estaban muertos; ambos conocemos el lado oscuro del otro, así que mantenemos esas sombras lejos de nuestra relación, con limites claros: Si uno no quiere decirlo, el otro no puede obligarlo.

La Guardiana!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora