El sueño-El juego.

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Pak:

La veo descansar en la cama, su respiración lenta y suave, la manera en que encoge su cuerpo y se aferra a ella misma, lo dorado de sus cabellos, todo de ella me parece una maravilla, casi como un milagro, uno que no merezco y se que siempre estamos hablando de encontrar nuestra mitad, de hecho en eso se nos va la vida, pero cuando la tenemos en frente nos hacemos pequeños hombres asustados por los sentimientos, ya sabemos que nunca nada será igual, ni siquiera corriendo lejos de ella, nunca nadie podrá reemplazarla y eso me abruma, me aterroriza...

- ¿Aun no despierta?- me pregunta Stiff mientras entra y se queda frente a la cama, como esperando que de un momento Lisha se transforme.

- ¿Cómo está la manada?- sus ojos se despegan de ella y me ve con preocupación, no sé si es por las bolsas debajo de mis ojos o por el tono lastimero con el que acabo de hablarle.

- Va a despertar, es una guardiana... Por lo demás, está bien, por ahora estoy supervisando los principales proyectos, pero esta noche es la reunión general con la manada.- un gruñido sale de mi interior, la mayoría de esas reuniones terminan mucho después de lo acordado, siempre hay algunos que quieren que sus conflictos sean tratados por mi y aunque trato en abarcar lo que más puedo, cada vez somos más y más por lo que he tenido que delegar a lideres de zonas para que resuelvan los conflictos y demás.

- Es demasiado tiempo, me preocupa y no me digas que lo intente porque de verdad lo estoy intentando- me hace una seña de rendición y se queda pensativo, mientras vuelvo a recostarme junto a ella en la cama.

- Sigo sin entender nada de esto- y yo menos.

- Es tan malditamente confuso, estábamos bien, pero fue como un volcán que hace erupción de la nada y una maldita pesadilla en vida, podía sentir mucho y nada a la vez, era consciente de que sentía pero totalmente ajeno a ella, no podía ayudarla, es tan frustrante verla y saber que no hay nada que pueda hacer para ayudarla-

- Y así es como de la nada el Señor "no tengo sentimientos" empieza a volverse un sentimental- Le doy una mirada furtiva y este me sonríe, en parte el condenado tiene razón; Tomó la mano de ella y suavemente la aprieto.

- Todo se resume a ella – no puedo evitarlo y doy un ligero beso en su frente en lo que ella devuelve el apretón, salto de la cama como si me hubieran pillado con las manos en la masa. -Llama a Maira, Lisha a reaccionado- Le digo muy emocionado a Stiff que sale del cuarto corriendo, cosa que quiero hacer también, que esté devuelta me alegra y aterroriza a la vez, cuando llegan a verla salgo sin decir nada, realmente ahora no quiero hablar.

Lisha:

Soy consciente del calor de su cuerpo junto al mío, poco a poco recupero mis sentidos y para cuando quiero abrir los ojos siento el pequeño contacto en mi frente haciendo que mi cuerpo entero se tense y logrando que se separe de mi rápidamente, al verlo sus ojos viajan a todas partes de la habitación menos a mi y apenas llega Maira sale del cuarto. Mientras Maira intenta revisarme, yo no dejo de pensar en lo que acaba de pasar y como me he sentido al respecto.

- Que bueno que despertaste, ahora solo trata de comer un poco para que te repongas rápido- me da a comer una sopa que sabe a todo menos a rico – Solo tómala- le doy una mirada de "me la tomo, pero no me gusta nada"; después de eso solo me permiten caminar un poco por la habitación y al caer la noche volver a la cama a dormir.

Intento quedarme dormida, pero el sueño no viene y mientras espero no dejo de pensar que ¿Qué carajos hago aquí?, ¿por qué Nic y Janeth permitieron que me trajeran a casa del Alpha?, más que eso, ¿Cómo resulté en el cuarto y cama del señor gruñon? Porque puede que no tenga el olfato de un lobo pero aún así este cuarto huele a el en cada maldito rincón.

De nuevo estoy en un lugar oscuro...- Lisha, Lisha ¿Qué tal estás niña?- su voz me causa un escalofrió y mientras intento ver de quien proviene la voz, me golpean en el estomago, haciendo que me retuerza de dolor – Vendré por ti- dice en mi oido, puedo sentir su aliento pegar contra mi piel y una fuerte arcada me despierta, me precipito fuera de la cama y corro al baño para vaciar lo poco que queda en mi estomago en el inodoro. Unas manos me toman y de un brinco me quedo al otro lado del cuarto, la bilis vuelve a subir y voy nuevamente a vaciar todo en el inodoro.

- Fue solo una pesadilla- repite, pero la presión en mi pecho no cesa y cuando intentan tocarme le alejo, necesito salir de aquí, tengo que salir, no estoy segura aquí. – Lisha ¿A dónde vas? Hey, vuelve aquí-

- Tengo que salir, tengo que irme...- sus brazos intentan retenerme pero solo pienso en que debo salir, no estoy a salvo aquí, no me siento a salvo dentro de esta casa desconocida. Salgo de la habitación corriendo, al final del pasillo veo las escaleras y bajo corriendo, atravieso una sala y al fondo veo una puerta, el corazón se me acelera, en la mitad de la sala hay una estatua con una armadura, hay una espada, la tomo y corro a la puerta.

- Lisha, Lisha- gritan mi nombre, pero no debo volver, no estoy a salvo debo irme, tengo que irme, la presión en mi pecho aumento, abro la puerta y hay dos hombres en la entrada, me ven estupefactos y no doy tiempo a sus reacciones echándome a correr, no conozco este lugar pero veo las luces de las calles en frente y la gran plaza, corro de nuevo sin importarme que este descalza, necesito encontrar la manera de volver con Nic y Janeth debo asegurarme de que está bien, debo salir de aquí. Alguien me toma por el hombro y me defiendo con la espada, en un giro la espada apunta a su cuello. – Tranquila bonita, no voy a dañarte-

- ¿Dónde están Nic y Janeh? – pregunto al borde de la desesperación, mi respiración es errática y mi cabeza va a mil por hora, necesito encontrarlos, tengo que hacerlo, antes de que él venga por mi.

- Ya están en camino, pero baja la espada Lisha, no voy a dañarte-

- Necesito encontrarlos, ya viene... pero no recuerdo su maldita cara – me desespera puedo verlo pero no su cara es borroso mi recuerdo, un escalofrió me recorre el cuerpo al recordar su aliento en mi cuello, me froto la zona intentando quitar todo rastro de esa oscura sensación.

- Lisha, escúchame fue una pesadilla y eso te ha alterado tanto, pero estas a salvo- sus ojos me ven fijamente y dejo caer la espada, a la vez que un sollozo sale de mi.

- Tengo que protegerlos, son lo único que tengo, no puedo dejar que los lastimen...- rápidamente me rodea con sus brazos y me permito llorar, no quiero que les pase algo malo por mi culpa, ni siquiera puedo decirles como luce la persona que intentará dañarlos porque no puedo ver su cara, no recuerdo su asquerosa cara.

- Esta bien bonita, ya pasó, fue solo una pesadilla, no fue real- esa palabra hace clic en mi cabeza, puede que sea por medio de un sueño, pero fue real quien quiera que sea tiene acceso a mi mente y eso no me gusta. Me separo bruscamente.

- Gracias por los cuidados, iré a encontrarme con Nic y Janeth ¿Puedes llevarme?- Le veo por un segundo, pero su ceño se frunce.

- No quiero dejarte ir, además sigues débil, esperaremos a que ellos vengan a verte, que será en unas horas-

- Dijiste que venían en camino, esta bien iré por mi cuenta- recojo la espada y me doy vuelta, algo recuerdo de aquella vez que escapé de la cárcel, aunque de noche no se vea igual.

- Lisha vuelve aquí, no vas a ir ahora-

- Me voy cuando se me de la gana, si quieres llevarme bien y si no, me iré caminando-

- No seas necia, vuelve aquí y es una orden- ese pulgoso gruñón.

- Me parece a mí que no estoy bajo tus ordenes, así que adiós- y me hecho a andar por el pavimento, de verdad ahora solo quiero ver a Nic y Janeth, solo quiero estar en casa.

La Guardiana!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora