"Amigo"

1.5K 99 1
                                    

Klein:

Mientras más le doy vueltas al asunto, más sentido tiene, Pak ha estado inusualmente distante desde hace unos días, distraído, ansioso y fuera de sí, es normal en él, pero no tanto y sumando los hechos del día de hoy está más que confirmado; pero, ¿por qué el olor de Lisha es tan atractivo para mi?.

- Klein- el medico se acerca. – Ya ha salido de cirugía, hemos podido acomodar todo antes de que el proceso de curación iniciara, ya la han pasado a un cuarto y solo hay que esperar que despierte de la anestesia, lo cual será en unos minutos, su cuerpo la procesa demasiado rápido.- asiento tratando de retener todo lo que dice, pero mi cabeza va a la misma pregunta ¿Por qué Pak no está aquí?.

- Gracias Mario- me da un asentimiento.

- Dile a tu hermano que se controle he tenido que ver a esa señorita muchas veces en tan poco tiempo- asiento un poco confundido, no había escuchado de ella antes, pero tampoco es que mi presencia en los últimos meses en la manada haya sido de notar.

Busco el cuarto que mencionaron y al abrir la puerta está luchando para ponerse los zapatos, la ayudo a ponérselos y aunque tiene cara pálida, se mueve con fuerza y vialidad.

- ¿A dónde vas?, deberías mantener reposo un par de días por lo menos- digo suspirando, la conozco hace unas horas, pero estoy seguro no cederá.

- A casa, necesito hablar con Nic- intenta caminar, pero se marea y rápidamente la ayudo a mantenerse en píe, entonces soy mucho más consciente de su olor, de lo malditamente adictivo, provocador y delicioso que puede ser y aunque trate de ignorarlo, no puedo negar que fui consciente de eso desde el minuto 1 que entró al gimnasio, todo el rato en el auto, cada vez que se acerca, cada vez que bate el cabello, todo su olor es una maldita droga para mi.

- Te llevo- le digo y la suelto un poco para que se eche a andar, respiro profundo e intento mantenerme a raya, no puedo tocarla es la mate del Alpha, es la mate de mi hermano.

- ¿A dónde va? – le dice Mario, pero ella lo ignora.

- Gracias, por esta y todas doctor- sigue caminando y yo la sigo.

- Que no se quite el yeso en 3 días Klein, o me las pagas tu- digamos que Mario es un excelente doctor, pero también es un hombre de 35 años de casi dos metros de estatura, vaya a saber la luna cuantos kilos y un color negro en su piel, que impone.

Subimos al auto, al principio mantengo los ojos en la carretera, pero repentinamente ella decide cambiar de dirección, ahora iremos de nuevo a la casa principal y eso significa ver a Pak, que de seguro sigue alterado, problemas y más problemas.

- No me gustan los hospitales, en unos meses he tenido que estar varias veces ahí y no me gusta eso-

- A nadie le gustan- respondo, ignorando lo melódica de su voz, ¡Maldita sea Klein, control!.

- No te preocupes por el Alpha, está enojado conmigo, no contigo; no permitiré que le ponga las manos encima a uno de mis amigos-

- Así que soy tu amigo- digo con una media sonrisa, no es que fuera la respuesta que quería, pero es la mejor.

- Eres fácil de leer Klein, tan transparente que es imposible no encariñarse contigo, además eres guapo y una nunca sabe cuando haya que usar esa belleza para algo- me mira como esperando mi reacción y luego se echa a reír como loca.

- Supongo que descubriré ese algo con el tiempo.- al cabo de un rato estamos en la habitación y ella se ha puesto algo enferma, un poco de fiebre y escalofríos, así que la dejo darse un baño, mientras voy a buscar las bolsas de ropa que compramos.

La Guardiana!.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora