VIII. Débil corazón

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Martes, miércoles, jueves y viernes fueron los peores días para Harry, no había visto a Louis durante esos cuatro días y aún quedaban otro más. Habían pasado tan lento que parecían años, nada interesante sucedía si el castaño no estaba presente, las clases eran aburridas y poco interesantes para el rizado.

Quería cancelar su visita a la fiesta de James, pero el pensar que tal vez Louis estuviera ahí lo hacia arrepentirse al momento de recordar sus ojos zafiro, sus finos labios rojizos y aquellos mechones castaños que caían sobre su rostro.

Este sábado era la gran noche, los padres de James había salido a Los Ángeles dejándolo solo con su mansión, que seguramente después de la fiesta, estuviera destruida o llena de basura, lo que desalentaba aún más a Harry pues sabía que su amigo recurriría a él para limpiar todo el desastre.

Era muy tarde como para seguir acostado en su cama, pero no tenía ganas de levantarse para no hacer nada, por que no tenía nada especial que hacer. El departamento estaba impecable y tenía todos sus tareas y proyectos terminados, así que no veía la necesidad de salir de entre las cobijas a pesar del horrible calor al que se enfrentaba.

Sin embargo el sonido de su celular lo hizo levantarse de la cama hasta el escritorio, encontrándose con un nuevo mensaje de James, otro que sería ignorado al igual que los veinte anteriores.

El pelinegro insistía en ir a ver a un psicólogo, Harry pudo soportarlo el martes, pero al día siguiente su insistencia se convirtió en una discusión y por ende Harry pasaba el almuerzo solo, comiendo en un rincón del patio para estar tranquilo, hasta que Ariana llegó y lo acompañó miércoles y jueves, en esos dos días su amistad se hizo más fuerte, convirtiéndose en su mejor amiga, una verdadera.

"Mi madre conoce a una psicóloga muy profesional." Harry rodó los ojos al leer el mensaje de su amigo, llevaba casi una semana insistiendo en ir a pedir ayuda, y Harry le seguía negando que la necesitaba, aunque sabia que realmente no era así, y su amigo tenia razón, pero tenía miedo.

Respondió solo por que ya estaba cansado de que su amigo lo molestara cada cinco minutos con un nuevo mensaje "Esta bien, pero aun no" y en menos de treinta segundos obtuvo una animada respuesta de parte del mayor "Al fin:)" Dejó nuevamente el teléfono en el escritorio para por fin empezar el día.

Suspiro pesado entrando en el cuarto de baño.

✳✳✳


Sábado por la mañana, había pensado en hacer también una fiesta en su casa, pero quitarle los invitados a James no seria bueno por su parte, así que mejor decidió aceptar la propuesta de Zayn e ir a la mansión de James.

Realmente no le interesaba demasiado asistir, pero sus padres no estaban y eso era una ventaja para desvelarse toda la noche con pura diversión en casa de uno de sus amigos, a lado de Zayn, tal vez beber un poco y disfrutar de su juventud.

Pero en el fondo sabía que no solo quería divertirse, sino que quería ver a alguien.

Aun era temprano y extrañamente ya estaba preocupado por que vestuario usaría, como si quisiera impresionar a alguien o al menos verse bien para esa persona.

A su mente iba y venia la imagen de rizado con sus lindos hoyuelos, llevaba cuatro o cinco días sin verlo o escucharlo, sabía que iría a la fiesta de James y tal vez él era la razón de su preocupación por verse perfecto para la noche, por que Harry Styles estaría ahí.

Ya había probado se casi toda la ropa que poseía sin convencerse de ninguna combinación, siempre encontraba un defecto que a Harry no le pudiera gustar y... ¡¿Qué demonios?! ¿Porqué estaba pensando en como se vería para un "insignificante" compañero de clase?

Gracias a Niall [Larry Stylinson].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora