Gracias a Niall [Larry Stylinson].

XIX. Juntos (Parte 2)

Portada hecha por: karoOopsHi 💙😻

Despertó debido a una corriente de aire frío golpeando en su espalda a la vez que el ligero peso sobre su cintura desaparecía, haciéndolo ahogar un gruñido.

Parpadeó varias veces para aclarar su visión, recorrió la habitación con la mirada, la luz era casi nula por lo que supuso que aún faltaban horas para tener que levantarse e ir a la preparatoria. Divisó la sombra de Harry, se encontraba sentado en el borde de la cama, restregando su cara con ambas palmas de sus grandes manos.

Su respiración irregular causó preocupación en Louis, pero se limito a observarlo en silencio.

Harry había despertado a causa de una pesadilla, una que ni con el cuerpo de Louis en brazos pudo evitar volver a soñar, aquella que siempre lo había atormentado, daba gracias a lo que fuera que lo despertara justo en el mismo punto, daba gracias por no descubrir lo que sucedía después, porque no quería, no quería descubrir que ocurría al final, que sin duda era algo malo.

A veces temía cerrar los ojos y quedar atrapado en el sueño, en su soledad, que la oscuridad consumiera todo lo bueno de su vida, y que la magia de esta desapareciera, la chispa que le brindaba felicidad se quedara atascada en el fondo de su corazón y las sonrisas nunca se volvieran a formar en su labios. Tenia miedo de todo eso, temor a detener el latido de su corazón y evitar que el aire llegase a sus pulmones, irse del mundo clavando el filo en su estómago y desangrar hasta morir agonizando en el suelo.

Temía a aquello que ocurría en su pesadilla, ¿cómo terminaría aquel sueño lleno de la espantosa realidad que lo rodeaba? ¿Terminaría clavando la daga en un punto estratégico paran poder despedirse de la mierda de vida que tenía?

Siempre visionaba cada uno de los problemas que afrontó en su vida, como perdió a su madre, su padre y su hermana, a su amigo y a su autoestima, él ya lo sabía, no valía nada para nadie, no desde que las personas que le dieron la vida lo abandonaron, su presencia era ignorada por todos desde que aquel chico en el que siempre confió le dio la espalada.

De eso trataba su pesadilla, atormentarse a él mismo de lo poco que era, impulsando a enterrar el metal en su piel y hundirlo hasta que cada fuerza haya desaparecido y los músculos se han relajado, el latido detenido y la respiración cortado. En el fondo, su conciencia lo impulsaba al suicidio, cada día de su vida mientras dormía su misma mente le recordaba lo miserable que era.

Y despertaba una vez que la daga estaba arriba en el aire, tomando impulso para ser clavada, sus ojos se abrían sacándolo de los oscuros sueños; y aunque algunas veces estuvo cerca de despedirse del mundo aparecía por su cabeza la única razón de vivir, o la única que lo hacia arrepentirse: Louis, su ángel de la guarda.

Pensaba en la perfección con la que fue formado, con esos zafiros luminosos, los labios de cereza que se le otorgaron y un cuerpo bañado en caramelo, siendo cubierto con una capa de fuerza, una para ocultar lo roto que se encontraba.

—¿Harry?—. La dulce voz de Louis lo hizo volver a la cruda realidad y dejar de darle vueltas a sus horribles pesadillas ¿por qué incluso en los sueños era alguien sin valor alguno?

—¿mhm? —murmuró girando su cabeza a donde un ojiazul lo miraba fijamente con una pizca de curiosidad en aquella profunda y adormilada mirada.

Al conectar sus ojos la calma invadió el corazón de Harry, la pesadilla ya no importaba mientras Louis estuviera con él, ya que si existía un demonio atormentándolo en su mente también existía un ángel intentando sacarlo de ese hoyo en el que se hundió, y para Harry, ese ángel era Louis.