Johannah estaba inundada de ira, su hijo era básicamente un desastre. Fue a la preparatoria para comprobar que Louis se encontraba ahí y no en otro lugar, ya que salió demasiado temprano de la casa según le dijo Lottie.
Entró al comedor, pues era hora en la que todos los alumnos se encontraban ahí, ignorando el ruido estruendoso de las conversaciones de los adolescentes y divagó su mirada entre las mesas, ignorando también la irritante voz de la profesora detrás de ella que le rogaba se fuera, sin embargo Jay no se iría hasta comprobar que Louis había asistido.
Miró una mesa en el centro del comedor, en esta se encontraban tres chicos y una chica, Malina: la mejor amiga de su hijo, pero Zayn y Louis no estaban. ¿Acaso Louis había faltado para divertirse con el pelinegro? Apretó su mandíbula ya bastante enfadada, se supone que su hijo estaba castigado y este se atrevió a salir de la casa cuando quiso, muy mal.
Camino a los pasillos para regresar a casa y dedicarse a pensar en como castigar a Louis ahora. ¿Su celular? Ya no lo tenía. ¿Prohibirle salir? Ya era mayor de edad. ¿Llevarlo a la iglesia? Claro, el odiaba asistir, lo pensaría. ¿Obligarlo a...?
—¿Louis?
✖
Jay caminaba de un lado a otro por la sala meditando sobre el hecho. Louis se encontraba sentado en el sillón con los ojos llorosos, sin dejar de pensar en todo aquello que su madre le dijo frente a Harry antes de llevarlo al auto y encerrarlo ahí, no supo que paso después cuando su madre volvió a entrar a la preparatoria y dios sabrá que hizo allá pues regreso con una sonrisa torcida, la cual borró rápidamente.
Sentado y jugueteando con sus manos sobre su regazo, mordía con tanta fuerza su labio inferior que el sabor metálico ya era presente. La mandíbula de Johannah estaba apretada, moliendo sus dientes mientras pensaba en que hacer, en que creer.
No sabía lo que pasaba por la mente de su madre, pero estaba seguro de que su castigo sería mucho más grande, acababa de literalmente terminar con su vida.
—Louis... —susurró notablemente llena de estrés, repitiendo el patrón que inicio hace un rato: rascó su nuca y bajo sus manos hasta sus hombros, dando un masaje en esa zona, los mantenía ahí mientras giraba su cabeza en círculos, buscando la calma.
—¿mhm? —murmuró con miedo de conectar sus miradas, johannah no solía ser alguien muy dulce cuando estaba enojada, más bien, nunca era dulce. Sabia controlar perfectamente a las personas con solo un pestañeo, con solo chasquear los dedos ya tenía a un súbdito a sus pies, esperando alguna orden, y con el simple acto de fruncir el ceño ya tenía a la víctima temblando, aunque a veces, con una sola sonrisa parecía tan cálida, que era inevitable caer.
Escondía todo eso tras lindas palabras frente a las otras personas, llamándole "cariño" solo sí alguien mas estaba ahí para ser testigo de la perfecta familia que era aquella, pero una vez en casa, todos los nombres lindos desaparecían, al igual que la comunicación. Cada quien se escondía en sus rejas, negándose a pasar un tiempo unidos, cada quien sumido en sus problemas, ¿qué importaban los demás? Cada quien debía cuidarse sólo, sin necesidad de un adulto, alguien que lo enderece.
Así iba creciendo Louis, directo al camino de adicciones y fiestas, drogas y dinero fácil; hasta que Harry iluminó su camino, justo a tiempo, de alguna forma su presencia lo distrajo de todo aquello, algo que ninguno de sus amigos había logrado, ya no fumaba como antes, no había probado una gota de alcohol desde hace bastante y la última fiesta que asistió fue a la de James, ahora se pasaba sus días contando los segundos a la espera de Harry, a la espera de volver a verlo.
ESTÁS LEYENDO
Gracias a Niall [Larry Stylinson].
FanfictionHarry Styles, lindo, no muy popular. Toda su vida y pensamientos se basan en una sóla persona, en Louis Tomlinson, su compañero de clases desde hace cuatro años. Ha caído en depresión cada vez que recuerda la forma en que Louis lo ignora. Pero su p...