XXI. Esa mujer

9.4K 684 930
                                    

La brisa fresca mañanera más la luz del sol entrando por la ventana lograron despertarlo. Su ropa olía a humo, así que lo primero que hizo fue bañarse, con el agua cálida golpeando su cabello, el suave jabón frotándose contra su piel generando espuma y el dulce olor del shampoo inundando la habitación.

Cuando por fin terminó colocó una toalla alrededor de su cuerpo y con otra mas pequeña seco sus cabellos castaños. Tres golpes en la puerta llamaron su atención, fruncio el ceño antes de que la puerta se abriera y la melena color castaño claro de Eleanor apareciese, inmediatamente los ojos cafés de la mujer se fijaron en su abdomen, Louis se sintió acechado, se cruzó de brazos cubriéndose un poco.

¿Qué hacía ella ahí, y tan temprano?

-Vaya -habló con una sonrisa coqueta, cerrando la puerta tras de sí, Louis notó como sus ojos vagaron por todo su cuerpo, con hambre, y él sintió asco, lástima y ganas de sacarle de ahí a patadas.

-Estoy un poco ocupado ahora Ele, así que por favor... -comenzó pero fue interrumpido por los labios rojos de la mujer sobre los suyos. Haciéndole fruncir más el ceño, se alejó en cuanto reaccionó, limpiando sus labios salvajemente con el dorso de su mano.

-Yo... lo siento Louis -se disculpó con la mirada confundida, quizá arrepentida y sobre todo avergonzada: su ceño fruncido y sus mejillas ruborizadas. Se alejó hasta estar nuevamente frente la puerta y descendió su mirada al suelo-, Jay me pidió que te llamase para comer -justificó saliendo rápidamente, sin entender el comportamiento de su novio.

Louis bufo cuando estuvo solo, ¿su madre llamándolo para comer?

Él sabia que a ella solo le interesaba el dinero de la familia Calder, emparejarlo con alguien de buena fama y recursos sobrantes era su prioridad por ganancia propia, sus abuelos poseían una cadena de bares por toda Inglaterra de los cuales conseguían muchísimo dinero, más del que siquiera podía imaginar, lo suficiente para complacer a Johannah y sus caprichos, bastante como para preocuparse en que se gasta.

Y bueno, él estaba enamorado, no no, no. Enamorado no, estaba atraído levemente por un joven niñero que vivía solo, sin apoyo de sus padres y era "mantenido" por su mejor amigo. Bueno sí, se encontraba enamorado de cada una de sus cualidades, de sus facciones, de sus gestos, de su voz y de todo lo relacionado con él, simplemente enamorado de Harry, la perfección humana, el dios griego, un ángel caído del cielo...

-Louis, rápido -grito su madre en un tono enfadado desde el piso de abajo, sacándolo de sus pensamientos magníficos. Tomo la primera prenda que vio, y se la puso encima lo más veloz que pudo, hacer enfadar más a Johannah no era una opción ahora, no justo cuando estaba por finalizar sus estudios en la preparatoria y, en el futuro, necesitara dinero. No debía echar leña al fuego en estos momentos.

Bajo rápido las escaleras, ya que tenia bastante hambre, pues no había comido nada desde que su madre logró sacarlo de la preparatoria, cosa que odio que hiciera. La fingida sonrisa de su madre lo recibió en la cocina, Eleanor estaba sentada en la mesa , quizá, esperando el desayuno que preparaba Johannah.

-¿Qué hace ella aquí? -preguntó en un susurro apretando la mandíbula, no es que pudiera intimidar a su madre, pero mostrarse fuerte era algo necesario al hablar con ella aunque por dentro temblara como una hoja. Claro que sintió nervios cuando Jay alzo las cejas y después esbozo una sonrisa que, para él, era de burla, tétrica y grande, mostrándole a través de los dientes lo poderosa que podía llegar a ser.

-Ele, cariño, dile a Lou la gran noticia -pidió llamando la atención de la aún avergonzada mujer. ¿Cariño? ¿Noticia?

-Uhm... Cambiaré de preparatoria, contigo -confesó al fin, sin despegar la mirada de Louis para ver su reacción, esperando una sonrisa llena de emoción, pero en cambio...

Gracias a Niall [Larry Stylinson].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora