26. Anillos y botellas

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Un año entero había pasado desde que Josh y Francesco formalizaron su relación. Aquel fin de semana, en el cual se quedaron en casa de los padres de Josh, el italiano le pidió que fueran novios lo cual el menor aceptó de una. Había sido hermoso y gracioso también y eso, jamás, ninguno de los dos lo olvidaría.

-Si entro estos tres anillos en la misma botella serás mi novio oficialmente- dijo Francesco con los anillos rojos en su mano.

-Va, trato hecho- dijo Josh y ambos sellaron el trato dándose la mano.

El primero cayó en la botella y todos aplaudieron mientras el menor reía. El segundo anillo cayó en la misma botella y Francesco sonrió victorioso -Prepárate bebé, que esto será para siempre- dijo viéndole directamente a los ojos y Josh rio emocionado.

Pero el último anillo cayó en la botella de atrás y todos protestaron. Josh sorprendió a todos brincando la valla que los separaba de la mesa y tomo el anillo que cayó en la botella que no era y lo colocó en la botella que estaba frente a esa ganándose las risas y los aplausos de los expectantes. Saltó de vuelta y fue recibido por un tierno beso y un abrazo.

-No iba a dejar el futuro de mi relación en un estúpido juego de anillos y botellas- dijo Josh y volvió a besar al grandote.

-Yo tampoco. Cómo quiera ya eres mi novio- dijo encogiéndose de hombros -Tú abuela, nuestra cómplice, nos dio el empujoncito que necesitábamos-

-Doña Mati siempre ha sido asertiva- rio Josh y le dio un rápido beso.

Aquella tarde en la feria que los padres de Josh, la abuela, Josh y él fueron fue la mejor de todas. Ese tiempo con la familia de Josh fue acogedora. Chris y Carla lo habían recibido con los brazos abiertos y ni hablar de Mati. Esa señora la podía llamar como su cómplice número uno. Después de lo que había hecho la noche anterior no era para menos llamarla así. Se había ganado ese puesto y con todos sus honores.

-Sabrina me dijo que aunque pidiera un traslado a la misma agencia de viaje en Italia tengo que llevar el resumé actualizado- dijo Josh al teléfono.

-Aún no puedo creer que te vendrás a vivir conmigo- dijo Francesco tratando de ocultar su alegría. Algo que ni el mismo Josh puede ocultar.

-Pues créelo. Ya estaré por tú villa paseándome como dueño y señor de la villa- dijo bromeando el menor y Francesco soltó una carcajada.

-Cómo dueño y señor- repitió el italiano.

-No, no, hablando claro. ¿Estás seguro de que mi presencia no molestará a nadie allí?- preguntó Josh

-Tu presencia molestará a toda la manada, a los trabajadores y a Amanda cuando me visite. Sí, a todos ellos les molestarás- dijo sarcástico Francesco -Por favor, bebé, a nadie molestarías. Además yo vivo solo y por quién tienes que preocuparte es por mi- dijo con una sonrisa.

-Está bien no tienes porque ser tan sarcástico- gruñó mirando con fingida enojes

-Bebé...- advirtió Francesco sabiendo por donde venía.

-Entiende que esto es nuevo para mi. Me iré a vivir contigo al otro lado del mundo y sin saber tan siquiera el italiano básico- dijo Josh apenado.

Francesco sonrió por lo adorable que se veía y quizo tenerlo de frente. Hacen unos cuatro meses ni él ni Josh viajaban para verse. Y mentirían si dijeran que no se extrañaban. Tener una relación a distancia por un año era un reto para ellos que vivían para ser cariñoso con el otro. Pero ya estaba llegando al final, Josh, en menos de un mes viajaría a Italia y esta vez no habría boleto de regreso.

***

-No te bastó con irte a vivir a Washington lejos de nosotros que ahora te vas a Italia- dijo Carla dolida.

-Mamá...- advirtió Josh

-Carla no seas sobre protectora. Josh ya está por cumplir los veinticuatro años y eso quiere decir que ya es un adulto que puede tomar sus propias decisiones. Y sí, su decisión es irse a vivir con Francesco a Italia- dijo Chris -Lo único que podemos hacer es apoyarlo.-

Carla soltó un sollozo y abrazó a Josh. Era su bebé, el que se iba al otro lado del mundo para hacer su vida. Ya no lo vería con tanta frecuencia. A pesar de que ya hacían dos años Que Josh vivía en otra ciudad lejos de su familia, ella estaba más feliz con eso. Tenerlo en su casa, aunque sea un fin de semana cada mes, visitándolos les alegraba en grande. Ahora eso sería completamente diferente y ella se sentiría olvidada.

-Mamá, no te olvidaré...- dijo Josh como si hubiese leído los pensamientos de su madre -ni a papá ni a Mati- dijo abrazándola.

Le secó las mejillas y le sonrió, Josh la entendía. Era hijo único y tener tierra de por medio era un gran reto. Para él mismo era una situación difícil, tanto que el nudo en la garganta no desaparecía. Su familia era lo más importante para él pero no pudo negarse ante las súplicas de su novio. Aunque Josh le había pedido que se fuera a vivir con él pero entendía que no podía separarlo de su manada.

-Mujer, él estará bien. Francesco me prometió hasta dar su vida por Josh si estuviese en peligro- dijo y Josh frunció el ceño. ¿De cuándo acá Francesco y su papá habían hablado de esas cosas?

-¿Y cuándo habló contigo?-

-Eso es asunto nuestro, Josh- dijo casi riendo Chris.

-Qué casualmente estoy involucrado- dijo rodando los ojos -¿De que hablaron?- preguntó intrigado.

Chris negó y Josh suspiró derrotado, no tenía ninguna oportunidad de saber que habían hablado. Aunque seguramente había sido una conversación muy estricta y claramente una conspiración. Su padre, de seguro, había amenazado al italiano que si le pasaba algo a él, tendría que despedirse de este mundo porque su padre pecaba, también, de sobre protector.

Pero lo que Chris no sabía era que si a Francesco le daba la gana podía matarlo de solo desgarrarle la garganta. Aunque Francesco no le pasaría eso por la mente. Chris lo había aceptado con los brazos abiertos y no atentaría así contra él. Al contrario lo defendería al igual que a Carla y sobretodo a Mati contra quién sea.

-¿Vendrás a verme?- preguntó Carla -No, no es una pregunta, es una orden. Vas a venir a vernos- corrigió y Josh rodó los ojos.

-Está bien, quizás no tanto como antes pero sí lo haré- dijo y besó la frente de su mamá.

-¿Cuando te irás?- preguntó Chris.

-El próximo domingo...-

-¡Josh! Eso es en dos días- gritó su mamá.

-Lo sé pero ya al otro día tengo la entrevista en la agencia.-

Esa tarde Josh fue consentido por su madre y por quién más, Mati. Ambas le cocinaron lo que más le fascinaba a Josh. Y tampoco Chris se olvidó de consentir a su hijo así que sacó la colección maravillosa de los mejores juegos de los Yankees, que pertenecía a Josh, y se sentó junto a él para verlos y por un día olvidó la riña entre sus adorados Mets y los Yankees.

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Se acabó lo que se daba 😂

4 capítulos hoy y espero que les haya gustado todos.

Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora