Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」

30. ¿Como vivir?

-Te dije que se estaba vaciando, Alex- dijo un hombre castaño mientras se bajaba del auto y rodeaba el auto.

Aquella noche la pareja había llegado y estaban en camino a casa. Pero en el camino la llanta se había vaciado por completo dejándolos varado en un lugar desolado y con poca visibilidad

-Sí, amor, ya me lo dijiste- dijo cansado Alexander de tanto escuchar el tan famoso "yo te lo dije".

Mitchel rodó los ojos y lo ayudó a bajar todo lo necesario para cambiar la goma -No me gusta decirte te lo dije pero...te lo dije- dijo el castaño y había sido el turno de Alexander de rodar los ojos. La vida de casado era complicada.

-¡Ya, Mitchel! Ya estuvo bueno. Ya entendí que todo es mi culpa- gritó enojado Alexander mientras quitaba las tuercas y tiraba la llave.

-Y es que lo es. Te dije desde un principio que la goma se estaba vaciando y que la debías cambiar para que no pasara esto mismo pero como eres un todo lo sabe pues no me hiciste caso...otra vez- dijo -Mira cuando tengas todo arreglado me llamas- dijo caminando en dirección contraría.

Mitchel había caminado, quizás, un par de minutos hasta llegar a un puente viejo. Extrañamente ese puente siempre le dio algo de miedo. Quizás porque pensaba que en cualquier momento se derrumbaría o porque simplemente se veía todo viejo. Aún así caminó hasta allí y se puso a ver el riachuelo que pasaba por debajo del puente.

Siempre había sido un curioso nato y encendió la linterna de su teléfono. Apuntó para ver como corría el agua y allí lo vio. Era un una mano con la muñeca cortada. Quizás era una persona que se había suicidado o hasta asesinada pero se alarmó cuando vio la sangre correr a borbotones.

-¡Alex!- gritó y el pelinegro fue corriendo a donde él.

-¿Que pasó? ¿Estás bien?- viéndolo detalladamente para ver si tenía alguna herida.

-Mira...- susurró horrorizado alumbrando con su celular.

-Oh Dios...- dijo Alexander -Llama a una ambulancia, rápido- pidió y en segundos el hombre bajaba por el risco.

Aquella imagen había sido una que sobrepasaba todo lo que se hubiese imaginado. Un chico desnudo sangrando por todos lados. Al parecer había sido violado y había quedado realmente mal o ya estaba muerto. Caminó con rapidez hasta el cuerpo inmóvil y tomó la mano no ensangrentada para verificar si tenía pulso.

-Ya los llame y vienen en camino- dijo Mitchel llegando hasta donde estaba su esposo.

De tan fuerte que había sido la impresión de ese hombre moribundo y completamente desnudo soltó un sollozo. Las lágrimas no dejaron de salir al ver cuán golpeado estaba. Alexander se agachó para girar el cuerpo y vio el rostro del joven que lo había ayudado a planear el regalo de cumpleaños de su madre.

-Dios mío...- dijo perturbado y cayendo de lleno en el riachuelo.

-¿Lo conoces?- preguntó frunciendo el ceño el castaño.

-Fue quien me ayudó a organizar el regalo de mamá. Es nuevo en la agencia de viaje donde siempre voy.-

-¿Es gay?-

-No lo sé.- dijo y le preguntó a Mitch si había una toalla o una sábana para tapar su cuerpo y el castaño entró en pánico.

-¿Está muerto?- preguntó triste

-No, está helado y el pulso lo tiene muy bajito. Solo espero que la ambulancia llegue pronto o si no morirá- dijo Alexander

Un par de minutos después la sirena se hacía presente. Alexander le pidió a Mitchel que subiera para que guiara a los paramédicos hasta ellos. Sabía que no podía pedirle que se quedara con él, la impresión fue fuerte para él.