36. Salida nocturna

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Casi quince secciones y ya se sentía relativamente mejor que en la primera. Ya dejaba que Francesco se le acercara sin que se pusiera a temblar como una gelatina y mirarlo con pavor. Había aprendido que su italiano no haría algo para dañarlo o hacerlo sufrir. También podía salir en la noches con su novio. Aunque aún así sentía pavor por los hombres grandes que se encontraba. Pero lo disimulaba y se decía a sí mismo que no le pasaría nada. El menor sonreía más y no tenía esa expresión de miedo siempre.

-¿Quieres salir?- preguntó Josh

Francesco frunció el ceño a escucharlo preguntar eso. ¿En realidad le estaba pidiendo eso? Sonrió y se acercó viéndolo expectante. Lo tomó de su cintura y besó su frente. Estaba más que orgulloso por él, su novio quería salir...y de noche.

-¿Seguro?- preguntó el italiano viéndolo a los ojos -¿Kalis te lo ha sugerido?- volvió a preguntar y Josh negó.

El menor suspiró algo nervioso -N-No, quiero salir. Quiero tener un momento a solas contigo. Tener a Altair, Stella y Camelia encima de mi es agobiante-

La sonrisa que Francesco le brindó a Josh le dio algo de confianza. Había destrozado las dudas por quedarse o ir. Aunque también quería dar ese paso de salir, de noche, a la calle aunque todavía Kalis no le había recomendado algo como eso. Pero se sentía mejor, los paseos en las noches por el viñedo, ya no eran una tortura. Ya las noches no le daban tanto miedo.

-De acuerdo salgamos.- accedió Francesco.

Aunque había visto una mejoría en él no podía evitar sentirse preocupado. Sí, estaba seguro de que la mejoría estaba pero su sobreprotección era mucho más grande. Y salir y que le pasara algo lo tenía muy nervioso. Pero confiaría en lo que Josh le había asegurado. Sí él se sentía bien con salir, Francesco estaba ahí para acompañarlo y protegerlo de cualquier cosa.

-Sólo por un rato, ¿sí?- advirtió con un poco de angustia tiñendo sus ojos.

-Por el tiempo que tú quieras- dijo sonriendo Francesco mientras lo acercaba a él para enredar sus manos en él -Pero prométeme algo...- pidió el italiano.

Josh separó su rostro del pecho del mayor a regañadientes y lo miró. Veía lo preocupado que estaba Francesco por él -Dime- dijo y afianzó su manos en la cintura de Francesco

-Prométeme que si no te sientes bien me lo dirás para volver a casa.- pidió Francesco y el menor asintió.

La sonrisa que soltó hizo feliz a Francesco y a él mismo. Estar meses en terapias y ahora que sentía la valentía de salir en la noche fuera del viñedo le hacía sentir orgulloso de sí mismo. Se separó de su novio y fue a su habitación a vestirse. Todavía dormía en la habitación que, supuestamente, estaba en remodelación pero una que otra noche Francesco se quedaba. Aunque era en las noches en la que las pesadillas no lo dejaban en paz. Entonces Francesco aparecía muy preocupado en el marco de su puerta para velar sus sueños.

No sabían a donde ir y la verdad no era la gran cosa. Siempre y cuando Josh estuviese a salvo cualquier lugar era perfecto. Decidieron bajarse en una de las plazas más reconocidas del área. Allí comprarían un par de gelatos y hablarían un poco. Desde que el menor había despertado sus noches de conversaciones eran nulas.

-Muero por tomarte de la mano...- dijo casi suplicante -¿Me lo permites?- preguntó.

Segundos después la mano de Josh serpenteó por el brazo del italiano hasta entrelazarlas entre si. Le sonrió con ternura y Francesco juró que podía morir de amor solo con ese gesto. Su chiquillo tomó el paso de tomarlo de la mano y así caminar hasta la tienda. Más feliz no podía estar.

Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora