Los días comenzaron a pasar y con ello las llamadas a larga distancia. Cuando Josh estaba solo le enviaba un mensaje a Francesco para que lo llamara. Para el italiano no tenía ningún costo hacer una llamada de Italia a Estados Unidos. Quizás pasaban más de media hora hablando por teléfono y también hacían video llamadas, cosa que a ambos les gustaba. Aunque Josh le costara más aceptarlo.
-Josh, ¿estás solo?- preguntó Francesco con notable nerviosismo.
Estaban haciendo una video llamada y Josh estaba solo. La verdad era que de siete días a la semana tres o cuatro los pasaba con Altair. Las peleas con su novia se habían vuelto insoportables y había aceptado que mientras menos tiempo pasaba con Dana estaba mucho mejor.
-Sí, Altair salió a comprar algo de comer- dijo sentándose en el suelo recostado del sofá de la sala -¿Que pasó?-
-Prométeme algo, por muy impensable que suene prométeme que no te alejarás de mi- pidió suplicante mientras observaba fijamente a Josh.
-¿Porqué tendría que hacerlo?- el menor frunció el ceño -No me asustes, Fran- dijo con el corazón latiendo rápidamente.
El rostro del italiano hablaba por sí solo. Una mezcla de sentimientos, miedo y ansiedad, era lo que su rostro reflejaba. Tomó una bocanada de aire y lo soltó de golpe apartando la mirada.
-Sé que no es el mejor momento o la mejor forma de hablar de algo tan delicado pero no puedo seguir ocultándote lo que soy, en realidad- susurró Francesco y Josh se estaba impacientando.
-¿Que me ocultas?- preguntó y no tuvo respuesta -¡Francesco Riolli, ¿que me ocultas?!- soltó desesperado al no tener una explicación.
Francesco lo miró y Josh pudo observar las lágrimas a punto de salir de los ojos del rubio. Se alteró más y deseó tener al italiano frente a frente.
-Yo soy...- susurró con las manos casi temblándoles
-¿Eres que? Déjate de tonterías, Fran- pidió Josh con el rostro completamente asustado.
-Prométeme lo que te pedí...- pidió y Josh no habló -¡Por favor! No podría vivir sin tenerte en mi vida- suplicó Francesco con los ojos inundados en lágrimas.
Muy poco le importaba llorar. Sus padres le enseñaron que no había nada de malo en que un hombre llorara. Al contrario, le enseñaron que si un hombre lloraba era uno más que valiente. No le importaba dejar sus sentimientos descubiertos a los demás.
-Pero...- habló y Francesco lo interrumpió
-Te lo suplico- dijo Francesco con los ojos desbordando súplica.
-Está bien- habló Josh -Prometo no irme a pesar de lo que me digas.- prometió. Realmente no podía irse, Aunque quisiera no podría. Y la verdad él no quería irse.
-Gracias...- agradeció con una pequeña sonrisa -Josh...- comenzó a hablar y sintió como sus piernas temblaban de miedo.
Colocó su teléfono lo más lejos posible, en una mesa pegada a la pared. Josh frunció el ceño al ver como Francesco se quitaba la camisa y se desabrochaba el pantalón.
-¿Q-Que haces?- preguntó con las mejillas casi coloradas. ¿Se desnudaría frente a él? ¡Estaba loco!
-Sólo déjame terminar- habló Francesco y se quitó el pantalón quedando en ropa interior. Josh asintió tratando de apartar la mirada de aquel cuerpo tan fornido y tan llamativo.
Francesco resopló asustado y es que era imposible no sentir miedo. Se estaba jugando el todo por el todo. Había más de un cincuenta por ciento que lo rechazara y el otro por ciento restante, uno mínimo, era el que lo aceptara con todo y su bestia. Respiró profundamente y en segundos un majestuoso lobo rojizo estaba en la sala de su villa mostrándose ante su mate.
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Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」
WerewolfJosh, en un viaje, para acompañar a su mejor amiga, Altair, conoce a Francesco, un italiano con un secreto interesante. Historia entrelazada con Tú, mi alfa. #218 en Hombre Lobo 6/9/17 #156 en Hombre Lobo 14/9/17 #95 en Hombre Lobo 18/10/17 #78 en H...