12. Balanza

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-¡Baby!- gritó Dana corriendo con felicidad hasta su novio.

Una semana había sido una tortura sin él. Por fin estaba con ella. Ella y Altair rodaron los ojos cuándo se vieron y Josh suspiró. Dana lo recibió con un beso que para ella había sido uno muy corto y sin sentimientos y para él había sido normal.

-Amor- dijo desanimado y ella frunció el ceño.

-¿Que tienes?- preguntó y él negó.

-Estoy cansado, solo eso- y sabemos que no solo era cansancio lo que tenía.

-Hola Dana...- saludó Altair cortésmente

-Ah hola...- dijo sin importancia la rubia.

Altair rodó los ojos y se despidió con un abrazo de Josh -Ahora es buen momento para que pongas en balanza- susurró Altair para que Dana no la escuchara y él asintió.

-Suerte...- dijo Altair y se fue dejando a Dana con el ceño fruncido.

Dana parecía un koala arrimada a Josh desde que lo había visto cruzar las puertas del gate por el cual había salido. Y la verdad era que Josh se sentía bastante incómodo con lo que hacía su novia. Se sorprendió por como se sentía estando con Dana pero así se sentía.

-Sé que estás cansadito perooo...- susurró cerca del oído de su novio -podrías darte un bañito o también podemos hacerlo juntos...- dijo con voz melosa.

Habían llegado al apartamento hace algunos treinta minutos y si Dana estaba como koala en el aeropuerto ahora que no tenían a nadie observándolos parecía una culebra enredándolo con su cuerpo. ¿Porque tanto apego a él si hace una semana ella estaba nada cariñosa? Desde el momento en que ella se enteró del viaje Dana estaba muy enojada y por consiguiente ella no estaba tan dulce, atenta y cariñosa como lo estaba en ese momento.

-No Dana estoy muy cansado y lo que quiero es dormir hasta que comience a trabajar- dijo sentándose en el sofá de su apartamento.

-¿Estás seguro? O ¿es una idea que tu amiguita te metió en la cabeza? Digo porque por si no lo sabes no nos vemos hace una semana y estás más frío que un pescado de refrigerador.- dijo ella separándose de él de mala gana.

-No empieces, por favor- pidió él -ya hasta me duele la cabeza- dijo mientras se masajeaba la cien.

-No es que no empiece Josh. Es que no han pasado ni dos horas y ya siento que me estás evitando- se quejó Dana con rostro enojado.

Josh la miró y frunció el ceño. Él mismo no sabía que lo estaba haciendo. Pareciera ser que lo estaba haciendo a propósito pero en realidad él mismo no tenía idea. Le salía naturalmente rechazar a su novia de un año. No quería estar ahí, era más que claro.

-Me voy- dijo Josh. Se levantó, busco su cartera en la maleta, tomó su celular y las llaves de su auto y se fue dando un portazo y dejando a una enojona Dana en la sala de su apartamento.

Sonó su celular con un número desconocido, o más bien, un código de área completamente extraño para él. Se subió a su auto y con más calma lo contestó siendo lo más profesional que podía.

-Buenas tardes, ¿quien me habla?- preguntó frunciendo el ceño

-¿Josh?- dijo una voz masculina que le hizo sonreír al instante

-Sí, ¿quien me habla?- preguntó haciéndose el desinteresado pero él sabía quién estaba al otro lado de la línea.

-¿Ya me olvidaste? Porque yo no...aunque quisiera no lo haría- dijo esa profunda voz.

-Francesco, no olvidaría un italiano tan insoportable como tú- dijo cambiando el tono de voz a uno de fastidio. Aunque solo era por decirlo, él ya se había acostumbrado al italiano.

Tú eres mi mate「 Heart of Wolves II 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora